Capitulo 6.

1664 Words
Ten por seguro que si algo puede salir mal, seguro que sale mal aunque solo haya una posibilidad es la Ley de Murphy. Por qué no pensé en lo del beta? Maldita sea este tipo es muy listo, yo que iba de sobrada y al final me salió el tiro por la culata. Que hago ahora? Que va a pasar? Las preguntas me atormentan y estar aquí encerrada no ayuda mucho a mi estado mental. El olor aquí es nauseabundo, hay un olor metálico he de suponer que es debido a la sangre, también está el olor a azufre... al menos no hace calor, bueno la temperatura es agradable. No sé porque pensé que en el Inframundo haría un calor sobre humano. Mis padres deben de estar muy preocupados, salí de casa a noche y no regrese y por lo que veo no voy a volver hasta dentro de quince días, siempre claro que él cumpla con su palabra. Y tratándose de un demonio, cualquier cosa puede pasar... Por qué me pasan estás cosas? Esto es lo bonito que me tenía reservado el destino? Tan solo, no podría llevar una vida normal? Bueno todo lo normal que se pueda considerando que yo tampoco soy precisamente normal. Un novio, o varios, estudiar, caerme, levantarme, llorar por un desamor, por la diosa si aún no cumplo veinte años. Y mi primer beso a sido robado... Un demonio, ese demonio me dió mi primer beso, las lágrimas se escapan de mis ojos, hoy me daré la oportunidad de llorar, más tarde ya no habrá lágrimas, solo me quedara luchar y tratar de aceptar que aveces hay cosas que no se pueden cambiar. O quizás si? No sé cuánto tiempo llevo así, ya es hora de levantar la cabeza y demostrar que no solo la sangre hace al Alfa. Me levanto de la cama hay es donde estoy desde que intente atacar a Belfegor, claro que no salió bien, él es más fuerte que yo, ni siquiera conozco sus puntos débiles. Noto una vibración, espera mi móvil está aquí, lo miro tiene una rayita de cobertura pero tan solo un diez por ciento de batería. Mandaré un mensaje, no creo que de para una llamada. ** Mamá, estoy bien las cosas no salieron como esperaba, en quince días los veo. No sé preocupen, sé cómo cuidarme me enseñaron bien. No desaten una guerra me fui voluntariamente. Los amo, Helena. Enviando... enviando... tarda demasiado, al fin veo esas letras que me hacen sonreír, el mensaje a sido enviado. Es verdad que menti, pero no quiero otra vez una guerra, la gente necesita la paz, rehacer sus vidas, ser felices y si eso está en mis manos, pues llevaré esa carga! Una muy pesada pero la aceptaré! Me acerco a la mesa, hay unas piezas de fruta, algo de pan, Un poco de jamón, un refresco y una botella de agua. Tengo bastante hambre así que no dejo mucho sobre la bandeja. Reviso la habitación hay unas cinco personas en la puerta, llevan allí desde que desperté, son demonios eso lo puedo oler. Veo como dentro de la habitación hay un baño, este baño es más grande que mi habitación, también hay una puerta la abro y mis ojos quieren abandonar sus órbitas. Tiene un vestidor! Ese es el sueño de toda mujer. Está debe de ser su habitación y esa su cama. Oh Diosa he dormido en su cama, no se como sentirme. Paso al bañó y me doy baño relajante, paso tanto tiempo dentro que la piel de mis manos comienza a arrugarse, me envuelvo en una toalla negra y cojo otra más pequeña para mi pelo. En esta habitación reina el n***o, hay algún toque blanco pero leve. Busco mi ropa y me doy cuenta que está empapada oh diosa soy un desastre, debí dejarla afuera y no tirada en el suelo. Ahora que voy a ponerme? Estoy sentada en la cama, muevo mi cabeza hacia la mesa donde esta la bandeja de mi comida y veo que en la silla hay un vestido y lo que parece lencería. Me acerco lo sostengo en mis manos, es esto o ir con la ropa mojada. Así que me decanto por usar esa ropa, el vestido no está mal es rojo corto y con algo de vuelo. Pero la lencería es en el mismo tono y de encaje. Suspiro... no tengo otra cosa que ponerme. Por lo menos no hay zapatos, ya me veía con unos stilettos rojos qué son preciosos pero matan a mis pies. Así que me pongo de nuevo mis viejas zapatillas blancas. Estoy aburrida, desde la ventana lo único que puedo ver es oscuridad, no sé si hay cielo o estamos bajo tierra, por una vez no voy a pensar en los mitos. Porque cualquier cosa puede pasar. No hay televisión ni siquiera un libro que se supone que voy a hacer? Me armó de valor y abro la puerta delante de ella están cinco demonios cómo suponía. Todos me miran de arriba abajo sus ojos adquieren un color rojo, uno de ellos da un gruñido y se lanza hacia mí. Otro de los guardias es más rápido y le hace un placaje. Otro de los guardias me gruñe y me empuja dentro de la habitación. Pero que diablos les pasa. Escucho ruidos fuera, parece una pelea, me acerco a la puerta ya que me quiero enterar. Nunca fui una cotilla pero es que no tengo nada más que hacer. Cuando estoy por llegar a la puerta esta se abre de un golpe Belfegor ha vuelto su mirada sigue siendo la misma el odio y la rabia lo invaden. - no vuelvas a desobedecerme si estás aquí dentro es por tu seguridad. Dice en un tono muy desagradable. - nunca me dijiste que era tu prisionera ah ya veo eso es lo que soy. Ponme las cadenas no sé a qué estás esperando? - No me tientes pequeña, no lo hagas... no estoy para juegos, no querrás ver lo que de verdad se esconde dentro de mí. Esas palabras se clavan dentro de mí, me asustan, lo temo, pero a la vez una sensación recorre mi cuerpo, es la misma sensación que cuando me besa cuando me toca. Es tan difícil luchar contra eso. - Vamos es el momento de tu presentación. Dice agarrandome fuertemente del brazo. Que presentación, en ningún momento ha dicho nada sobre ninguna presentación? Que hará? Una sensación de desasosiego me embarga. Intento soltarme de su agarre pero no puedo. Avanzo a su lado por un gran pasillo, no hay nadie eso está bien aunque por otra parte tampoco hace que me sienta más tranquila. Por fin llegamos. Estamos parados detrás de dos grandes puertas metálicas con varias escenas grabadas, ninguna es agradable, todas versan sobre la muerte. Las puertas se abren, desde la entrada puedo ver muchos demonios juntos, sobre un escenario por llamarlo de alguna manera hay siete sillones, seis de ellos están ocupados, solo falta el central, imagino que este es el de mi acompañante. Avanzamos en silencio a cada paso que da Belfegor, los demonios agachan sus cabezas eso lo conozco es señal de respeto y sumisión. Se para en el centro de la sala, los otros hombres se levantan y le hacen sendas reverencias, puedo notar como no están cómodos en esta situación. - Yo Belfegor teniente del infierno, rey del Inframundo por derecho y por sangre, te presento a ti Helena hija de Alfa, como mi alma gemela y mi reina. Hace un corte en mi muñeca no puedo evitar dar un grito ante esta intromisión no es tanto el dolor como el enojo por haberme dañado. Coge mi muñeca y lame la sangre produciéndome un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, estoy en shock no puedo notar como él hace un corte sobre su muñeca y la pone en el en mi boca. El sabor férreo, metálico me hace volver a la realidad, doy un paso hacia atrás confundida pero más enfadada. Todos los presentes comienzan a vitorear. Belfegor me arrastra hasta el sillón central y me sienta fuertemente sobre sus piernas. - Ahora solo tienes que disfrutar del espectáculo no intentes moverte la gran mayoría quieren probar tu sangre saben que eres pura lo pueden oler tu cuerpo nunca ha sido tocada por ningún macho. Esas palabras hacen que toda la sangre de mi cuerpo se concentre en mi cara como él puede saber esto? Y no solo él, sino todos los aquí presentes? Mientras veo como dos demonios luchan con dagas, me doy cuenta de que me acabo de casar pero cómo se ve que aquí mi opinión no cuenta nada? Quince días Elena, quince días! me repito en mi mente una y otra vez. En quince días podré volver a casa solo tengo que aguantar, quizás ni lo vea. Seguro que está muy ocupado y no se acuerda ni de que estoy aquí. Han traído comida,mi estómago ruge, no se que hora era cuando comí pero debe de haber pasado bastante tiempo. Veo como sirven la comida, sin poder evitarlo doy una arcada, son trozos de partes de cuerpos, esa es su comida. La mayoría son de animales pero me ha parecido ver un brazo humano. - Vamos Helena por hoy es suficiente, además tienes que comer algo. Te quiero fuerte para esta noche. Qué? Que se supone que ha querido decir... Abandonamos la sala y nos dirigimos a la habitación. En la mesa hay otra vez comida. - Come algo, mientras me doy una ducha y ni pienses en intentar escapar, aunque no lo creas lo que ellos harían contigo sería muchísimo peor a lo que yo tengo en mente para esta noche. Dice mientras quita su ropa y se adentra en el baño. Qué voy a hacer? qué es lo que me quiere hacer, no tengo ninguna posibilidad de escapar... Con ese pensamiento me siento y comienzo a comer.
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