Zafiria

1524 Words
"El amor sincero en general es la más elevada de las virtudes y la más noble de las canciones" "un antigüo cuento dice que la tierra es como un huevo, hueca, y que dentro de ella, viven los miembros de la r**a primaria" En el clima quemante por los rayos incesantes del calor solar que golpeaban Inmisericordemente a las personas que vivían en los climas sumamente difíciles tanto que eran comunes los escorpiones que abundaban como la arena así como las serpientes de cascabel que picaban a cuanto incauto que por error pisaban alguna mata del desierto desencadenando su fin, a este terreno indómito lleno de cientos de especies pelígrosas pertenecía el reino desértico del sur, el sol ardiente del mediodía llena los confines de las dunas de arena del desierto mientras una serpiente se desliza entre las sombras de las dunas dejando una huella en forma de lazo que se dibuja en la arena, pero que de inmediato es borrado por el viento. Mientras tanto un grupo de viajeros descansa a las orillas de un oasis bebiendo y abasteciéndose de agua en sus cantimploras, y descansando un momento del largo viaje que acababan de llegar, todos ellos cubiertos con ropajes del desierto, ropa holgada para cuidarse de la deshidratación y de los intensos rayos solares, por algo era conocido entre los habitantes del norte como "Las dunas", o el horno, como le llamaban por su sol quemante y ardiente en verano, tanto que se podía asar sin necesidad de prender fuego unos huevos cocidos, solo al abrirlos en una roca caliente, y quedaban cocinados en cuestión de decenas de segundos, el clima eran tán difícil que abundaban los escorpiones, tanto que la gente los usaba como mascotas, no habitaban muchas otras criaturas aparte de las adaptadas a los climas áridos, como el zorro del desierto, el fénix, las serpientes y los camellos, aunque de vez en cuando, en las zonas con oasis naturales, era común ver manadas de elefantes que eran entrenados luego para la guerra, y eran un arma formidable en el campo de batalla capaz de romper las líneas enemigas como ningún otro animal. Al mismo tiempo, en la capital del Reino de Aluz,dónde no ha la el idioma Furshta como en los reinos del norte sino el Wurtio, un lenguaje diferente pero con una caligrafía elegante, los edificios construidos con piedra caliza, están pintados casi todos de un color naranja o blanco aquí las casa de colores no existen, es tradición que todas sean del mismo color que el desierto, más eso no quita que sean edificios sumamente hermosos, con columnas construidas de manera elegante y cubiertas de hermosos manuscritos y arte en idioma Yazir, y en una pequeña plazuela está la famosa biblioteca de Alfari, con cientos y miles de manuscritos y pergaminos traídos de todos los confines de Castifalia e incluso de la isla de Pozo de Alquitrán, era sumamente conocida por ser un centro de conocimiento, mientras el viento cubre de arena los tejados de las casas y la gente camina por las calles llenas de polvaredas de la ciudad de Anís, la perla del mar del Aquironte, y mientras los campesinos venden sus mercancías en los puestos del mercado de la ciudadela, mientras hermosas telas traídas de los reinados lejanos del este n y cristales de todo tipo están en las estanterías, Una mujer hermosa de rostro y cuerpo, que en ese momento se encontraba tapada con ropa holgada de manera que no se percibía su figura ni su cuerpo, ya que estaba vestida con sus ropas del desierto, se dispone a recoger agua del pequeño oasis que está cerca de ahí, mientras llena de agua una jarra de barro, se dispone a entrar en un edificio construido con inmensas formas en los techos que recuerdan a los postres llamados Bali, entra por la puerta mientras se ve en la calle como los elefantes, camellos y dromedarios, con cargas atadas en las jorobas siguen a sus dueños. Zafiria entra en el recinto del monarca que es su padre Fäsir Mutämer, un hombre con barba canosa de carácter irascible y en algunas ocasiones apacible y que es su padre, el monarca del desierto, enemigo acérrimo de los reinos del norte, y conquistador de Nueva Domikarian, Su padre la invita al la gran cámara de los guerreros, un inmenso recinto de piedra blanca, con grandes manuscritos de caligrafía decorativa adornando los muebles de madera, junto a la mesa se encuentra su madre Dunia, su hermano mayor Alfcor, y su gato Eyrf, quien se paseaba libremente entre los muebles de la sala. Su hermana menor, Alifaa, se encontraba jugando un juego de mesa con Alfcor, en un tablero de madera con casillas cafés y blancas, el juego era un tablero dispuesto en casillas hexagonales, un popular juego que le había comprado a un mercader del lejano norte en el muelle de Anís, era por mucho una tradición familiar jugar a ese juego ya que era sumamente adictivo, por lo mientras ambos hermanos estaban enfrascados en un empate de victorias, ambos tenían cuatro juegos ganados y estaban jugando el quinto, era la partida decisiva. Sin embargo para sorpresa y risa de todos los demás presentes menos claro está de los jugadores, un pequeño cuervo de las dunas entró por la ventana del recinto y se paró en el tablero de juego, tirando todas las piezas de madera al suelo, mientras todos los demás se rieron a carcajadas por un momento- Posteriormente su padre Fäsir solicitó ver a Alfcor, y a su hermana menor, Zafiria, para encargarles una misión -Hijos, se de su gran amor por la vida familiar, pero deben de empezar a enfrentarse a retos verdaderamente que probaran su capacidad de responder adecuadamente a los desafíos de formar parte de la familia real de Aluz, es necesario que vayan acompañados de un pequeño grupo explorador a buscar algo especial para el reino. -Me resulta sumamente interesante ¿Qué cosa quieres que busquemos?- preguntó Alfcor, intrigado mientras estaba visiblemente entre desconcertado y enojado por el incidente con la paloma. Me gustaría que buscaran y me trajeran un cristal azulbrillante, en el bosque de los gigantes hay una gruta, donde es posible encontrar este elemento, como sabrán, los escudos de los guerreros del reino poseen estos cristales, que aumentan la fuerza de defensa, por lo tanto su misión es traerme una buena cifra de este recurso vital, prontamente nuestros ejércitos asediaran la ciudad de Puerto Karión, necesitamos tener un punto a nuestro favor -Pero padre, hay diversos rumores de que el bosque de los gigantes está plagado de ...-comenzó a decir Zafiria, consternada -Son solo mitos, ya no hay gigantes desde hace cinco siglos, ahora, si les preocupan los bandidos les daré a cada uno una ballesta, eso debe bastar para poder defenderse, mientras tanto su labor será acatar cada orden que dé yo, como saben las leyes de mi reinado son firmes, y necesito que sean resistentes como la roca tanto tu Alfcor como tu Zafiria para poder afrontar en batalla a los enemigos que pronto encararemos, sean conscientes que un error suyo es no solo vergüenza suya, sino mía y de toda mi casa reinante, es por ello que los aluces no debemos de tener miedo. -Esta bien padre.- Contestó Alfcor Mientras tanto se puso a meditar en la dificultad de la misión, que era bastante peligrosa, el bosque de los gigantes podría no tener esas criaturas pero estaba plagada de una total incertidumbre y escondrijos para criminales de todos las aldeas de las diferentes monarquías y señoríos, pero no quedaba de otra, Al día siguiente empacaron sus cosas y se dirigieron al pequeño oasis para abastecerse de agua y reservas de alimento para el viaje largo, tendrían que cruzar el desierto y trasladarse a lomos de camellos hasta llegar a las llanuras de Fiskaland, donde terminaba el dominio de los zorros del desierto y comenzaba el de las fuerzas de la naturaleza, y la de los bandidos y ladrones de los reinos del norte. Comenzaron a visualizar el bosque mientras para paliar el aburrimiento del viaje tarareaban en voz baja mientras observaban a lo lejos las montañas, mientras se tapaban el rostro de los rayos de sol de mediodía, que eran bastante despiadados a esta hora, mientras observaban como el viento cambiaba las formas de las dunas de arena cada vez que pasaban, a lo lejos se veían caravanas de viajeros, mercaderes que montaban en camellos camino a la ciudad de su padre, mientras ellos comenzaban su travesía hacia el norte, en el bosque de los gigantes. para poder tomar la gema que hacía falta y regresar a casa con su padre Fäsir, quien estaba preparando los detalles de la misión que estaba en proceso de llevarse a cabo, estaba pasando revista al ejército y ultimando los detalles para poder iniciar la campaña que tenía en mente para poder invadir una de las ciudades importantes de el continente, ya estaba ultimando los aspectos de las armas de asedio, los escuadrones y armamentos además de sus generales que comandaban ciertos batallones que estaban dentro de su mismo ejercito. .
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