Sofía. Ayer fue un día maravilloso. Los chicos no dejaban de decirme lo deliciosos que estaban sus postres caseros, e incluso los mayores me agradecieron efusivamente. Esa tarde, todos fueron a la cafetería a la misma hora, creando un ambiente familiar. Me gustaba verlos y charlar, pero me dolía ver a Oscar tan distante y solo. Se sentó en la barra, apartado de ellos, y me partía el alma. La cafetería cerrará por una semana para remodelaciones, así que tengo las tardes libres por ahora. Hoy, por insistencia de Amelia, me animé a salir con ella y Gia. Querían comprar cosméticos y productos para el cuidado de la piel. Ya que tengo algunos ahorros, me pareció un buen momento para darme un capricho. Quería imitar la rutina de Amelia, cuya piel es hermosa. Amelia me enseñó lo básico: cómo us

