Marius.
Me invadía una punzada de melancolía al saber que mañana despertaría y no encontraría a mi hermosa mujer junto a mí, en mi cama, siendo ella la primera persona en decirme "Feliz Cumpleaños". Aunque entendía que tuviera responsabilidades académicas y personales que la mantenían ocupada, y que quisiera liquidarlas para tener la noche libre, mi lado más caprichoso no podía evitar sentirse decepcionado. Ya me había propuesto que me daría toda su atención, toda la noche.
Sí, podía llegar a ser muy posesivo y caprichoso, especialmente con Sofía.
Mis hermanos y yo nos encontrábamos cenando. El ambiente se sentía extrañamente desangelado sin Sofía. Faltaba su constante parloteo, sus preguntas curiosas y la energía imparable que traía a la mesa. Nuestra mujer disfrutaba de hablar sin par
