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1492 Words
David salió del Club Paradise, tomo su motocicleta y planeaba dirigirse a casa de sus padres. No podía evitar la revoltura de sentimientos que llevaba dentro de él, después de haber visto la sonrisa y la emoción de Liam al recibir noticias del hombre misterioso de aquella noche. Se sintió feliz por aquello, pero a la vez lo embargaba una inquietante sensación de decepción o… ¿celos?, ¿que esperaba? Sabía desde el primer momento que estaba enviando el obsequio a nombre de aquel hombre. No sabía por qué aun no podía dejar de pensar en él como si fuera otra persona. Se reprendía a si mismo mentalmente por las estupideces que se le pasaban por la cabeza, pero después de ver la manera como Liam simplemente se interesó en la rosa y dejo tirada la caja, no podía evitarlo. El hecho de que el chico imaginara a su Amo misterioso como una persona totalmente diferente a lo que él era en realidad, también lo decepciono un poco. Tal vez solo debía volver a Seal Beach y desistir de este plan, dejar que simplemente las cosas fluyeran o que el destino moviera sus hilos. En ese preciso instante en que aparcaba en la puerta de su casa, la vibración y el sonido de su teléfono lo sacaron de sus pensamientos. Apagó su Harley y, aun sin bajarse de ella, lo saco de su bolsillo para comprobar de que se trataba. No era una llamada, solo era una notificación de un evento que se llevaría a cabo la noche siguiente: el desfile de modas más importante del verano “Sunset”. La barbilla de David prácticamente cayó al suelo. No estaba interesado en nada sobre moda. No entendía por qué su teléfono le notificaría algo así. A lo mejor el estar navegando e indagando sobre la vida de Liam Maxwell, lo programo como uno de sus intereses, o tal vez solo era el movimiento del destino que mencionaba. No lo sabía. Lo cierto era que, si tenía pensado volver a su casa por la mañana, los planes habían cambiado. Él tenía que estar allí, ahora solo tenía que averiguar cómo haría para ingresar. después de haber llamado al club tratando de comprar entradas para el evento y que se enterara que eran invitaciones VIP y que las pocas entradas exclusivas a la venta estaban completamente agotadas, había decidido igual presentarse en el club y tratar de ingresar. Sabía que fácilmente podía hablar con Taylor o Jaison y ellos le darían el ingreso sin más complicaciones, pero eran muchas explicaciones que tendría que dar. Gracias, pero no. Contra todo pronóstico había logrado ingresar por sus propios medios, bueno, con la ayuda de Lisy nuevamente. Estaba seriamente pensando en darle un regalo a esa mujer. Entro y se ubicó en la parte de atrás, justo debajo de uno de los tantos reflectores. Estaba de frente a la pasarela donde tenía una perfecta visibilidad del desfile, y donde sabía con seguridad que los modelos no podían verlo a él, con la luz llegando directamente hacia ellos. El desfile inicio y se podía ver como uno por uno los modelos, tanto masculinos como femeninos, lucían atuendos bastante buenos: vestidos de baño, ropa informal y formal apropiada para la temporada. David volvió a rascarse debajo del cuello de la camisa. Odiaba las jodidas corbatas, pero había tenido que alquilar un traje si quería poder entrar. Pero ya habían pasado algunas horas y aun no veía a la persona que le interesaba por ninguna parte. ¿No se suponía que era su desfile? ¿Qué eran sus diseños? ¿Por qué no estaba en la … ¡joder! El estruendo de unos aplausos y la gente poniéndose de pie lo saco de su impaciente fastidio, afortunadamente era lo suficientemente alto para poder seguir viendo hacia el escenario con solo erguirse completamente. Liam había hecho aparición justo al final, el hombre era un jodido sueño s****l. Lucía un traje sastre de color gris, ¿o era azul?, no lo sabía. También tenía finas líneas verticales blancas que recorrían el largo de su cuerpo, solo que no llevaba nada debajo del saco, dejando ver completamente su fino y perfecto pecho, y abdominales ligeramente marcados. No llevaba cinturón así que su pantalón caía bastante bajo en sus afiladas caderas al punto de poder ver su pubis. Su torso era largo, delicado, completamente pálido y limpio, libre de bellos, tatuajes o cualquier otra marca. ¿Cómo lo hacía?, ¿Cómo lograba una persona con fotosencibilidad tener un aspecto tan perfecto? El chico camino en la pasarela dirigiéndose hacia él, su rostro completamente serio, su paso era tan elegante y ligero, que parecía deslizarse, estaba totalmente en su elemento, era como si él fuera el dueño del mundo en este momento. Su mano izquierda estaba metida en el bolsillo de su pantalón, echando hacia atrás su chaqueta abierta, y cuando llego al tope de la pasarela, a ese punto donde los modelos se detenían, hizo su pausa, separo ligeramente sus piernas con firmeza y elegancia, levanto su mano derecha y revolvió su rubio cabello largo echándolo hacia atrás permitiendo que todos apreciaran su hermoso rostro. Lanzo una ligera sonrisa mientras lo miraba. No, era imposible que lo estuviera viendo cuando estaba a contraluz, pero, aun así, logro que un calor recorriera todo el cuerpo de David y le pusiera completamente dura la v***a. Liam miro de un lado a otro, entre la audiencia, volvió a fijar la mirada en él y luego retrocedió un par de pasos antes de girar su cuerpo y darle la espalda para volver a su lugar inicial. David no podía creer que ya había tenido sus manos sobre ese cuerpo perfecto, que ya sabía cómo olía, como se retorcía y como se sentía. ¡Joder! lo que daría por poder volver a tenerlo dispuesto para él, pero esta vez a plena luz para así poder disfrutar de cada uno de sus pliegues y expresiones. David sacudió su cabeza, acomodó disimuladamente su polla, mientras que todos arrojaban flores y peluches a la pasarela para felicitar al anfitrión, una punzada de posesividad lo estremeció y decidió que ya era suficiente. Ya había cumplido su cometido aquí, y sin pensarlo dos veces se retiró del salón *-*-*-*-* El público estallo de forma glamorosa como de costumbre cuando Liam hacia su aparición en la pasarela. Se suponía que debía hacer su desfile de cierre y al finalizar dar los agradecimientos pertinentes, pero algo llamo su atención. Justo en el punto focal de los modelos, en frente de la pasarela había un hombre. Conocía completamente la agenda, no se suponía que hubiese nadie en ese lugar. Estaba justo debajo del reflector principal por lo que solo podía ver su silueta, pero era suficiente para apreciar su gran estatura, hombros anchos y postura erguida. Su cabeza sobresalía de todas las demás y, a diferencia del resto de los asistentes, solo estaba allí de pie mirándolo, sin aplausos, sin vítores, sin lanzar regalos. No podía verlo bien, no sabía quién era, pero algo en el fondo del corazón le decía que era su amante de la oscuridad. Había venido a verlo, una sonrisa prematura se dibujó en sus labios y lanzo un giño hacia la silueta. Ya había durado más tiempo de reglamentario en su punto de pose, tenía que volver, pero no quería quitar sus ojos débiles por la luz de aquella sombra, con la esperanza de poder ver su rostro. Dio dos pasos hacia atrás, se giró y dándole la espalda al hombre se dirigió al punto de partida, para cuando se dio nuevamente la vuelta y volvió a mirar, la puerta de salida más próxima al lugar donde el tipo estaba de pie, se cerraba lentamente dejando entrar un hilo de la luz del pasillo con el que solo pudo ver la ancha espalda cubierta con un traje color vino. Tenía que salir de allí, buscarlo, ver de quien se trataba, todavía podía alcanzarlo, pero cuando decidido salir tras el… _ …Liam Maxwell_ la voz animada del maestro de ceremonias lo detuvo, y el lugar volvió a estallar en ovaciones El aclamado detuvo sus pasos. ¡Maldición! se acercó al podio, mientras abotonaba el saco de su traje azul cenizo, y con una falsa sonrisa, sin importarle el momento más importante de la noche, ese por el que tanto había trabajado durante un año, para exponer una colección más, simplemente agradeció a todos por su asistencia, se disculpó y se retiró ante la mirada atónita y hasta decepcionada de los presentes, quienes esperaban verlo por más tiempo, y escucharlo explicar la colección con detalle, como lo hacía normalmente. Pues, esta vez no sucedió. Liam salió tan a prisa como pudo por la puerta detrás del escenario, dio la vuelta al salón hasta llegar al lugar por donde salió el misterioso hombre, pero todo fue inútil. Su Amo se había ido. ¡Mierda!

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