Rebelión

1777 Words
Antes de que pudiera ver al Alfa que la apartó de Simonds, la empujaron boca abajo y la obligaron a arrodillarse, con sus nalgas redondas y grandes en alto. Le dolían las rodillas por el repentino golpe. _ Ahh… es doloroso _ gritando en un suave gemido mientras se mordía los labios por el dolor. _ ¿Dolor?, este Alfa te amará de inmediato.  Una voz, dulce como el néctar para los oídos, la provocaba desde atrás. Se podría decir inmediatamente que este Alfa tiene experiencia con las Omegas por su forma de hablar. Cualquier otro Alfa, al ver a una Omega en una posición tan patética y débil mientras gemía de dolor, la habría liberado de inmediato y la habría amado como es debido, tal vez incluso dándole algo de consuelo. Pero no Hans, él es un playboy (mujeriego). A él le gustaban sus Omegas así. Cuanto más gritaban de dolor, más deseaba él intimidarlas con fuerza. Miró a la Omega en el suelo mientras le sostenía los brazos detrás de la espalda, las nalgas redondas y grandes en alto, la cintura esbelta que parecía quebradiza tras el impacto y el hermoso cabello n***o y desordenado que fluía hasta su cintura. El marcado contraste entre la negrura del cabello y la blancura de su piel le parecía tan hermoso y atractivo en ese momento. Sintió que la sangre le subía a ambas cabezas. Él gruñó incontrolablemente como una bestia salvaje y hambrienta que fue liberada de su jaula mientras agarraba su esbelta cintura y empujaba toda su dureza en su doloroso abismo. Lara, después de los fluidos de Simonds, todavía estaba mojada hasta el borde cuando sintió que una nueva intrusión entraba en ella. Un solo empujón y Hans perdió el aliento, había probado muchas Omegas en su vida, pero esta… Esta es de la más alta calidad para él. Se sintió como si hubiera entrado en las nubes y se hubiera convertido en el rey de los cielos, gobernando un hermoso jardín lleno de flores. Incapaz de contener su lujuria, Hans se sumergió en este campo de batalla. Empujando descuidada y ciegamente, sin contenerse. Lara, debido a su cuerpo demasiado sensible, lo sintió todo. El placer se amplificó mil veces porque no podía ver su rostro, sentía que era su urgente necesidad de conquistarla. Ella sintió su dureza llegar a sus partes más profundas cada vez que él entraba y cada empujón la hacía temblar. El empuje desordenado y desorganizado estaba llegando a cada parte de ella, fue suficiente para hacerla desmayarse. Ella gemía tanto, incapaz de siquiera pensar, que si él le hubiera pedido que hablara, sus palabras habrían salido confusas y sin sentido. Los sonidos de pap, pap, pap, pap, junto con sus gemidos y a veces, gritos agudos, llenaron toda la habitación. Una pequeña parte de ella recordó a los otros dos Alfas dentro de la habitación y ardió de vergüenza, pero rápidamente fue reemplazada por el placer que le consumía la mente. Incluso cuando confiaba en sus habilidades, su respuesta lo emocionó mucho. Se inclinó y le dio un beso caliente en las hombreras mientras ella gritaba. Él acarició su espalda con urgencia y movió sus manos hacia el frente para agarrar sus dos enormes senos, pellizcando y tirando suavemente los excitados y endurecidos p*zones rosados. Se maldijo a sí mismo por no tener más manos, incapaz de acariciar cada parte de ella a la vez. Movió su cabello hacia un lado mientras chupaba sus hombros eróticamente y lamentablemente, soltó una mano de sus p*zones rosados para agarrar su barbilla, girando con fuerza su rostro hacia él. Probaría su dulzura con fuerza. Sentía que se estaba volviéndose loca, su boca estaba siendo tomada por una lengua humeante y su ¢apullo se contraía por las violentas intrusiones. Ya no podía pensar. Dedos ásperos llenos de callos la acariciaron, recorriendo su cuerpo con avidez, exponiendo todos sus secretos e iluminando su cuerpo con fuego. Lentamente condujo la llama hacia la parte inferior de su abdomen. Hans podía sentir su tensión aumentando, con una sonrisa, retrajo sus manos y sujetó su cintura, negándole alivio. Aceleró, asegurándose de golpear su ¢apullo en con cada embestida. Lara, demasiado débil para siquiera moverse, solo podía sentir que se tensaba incontrolablemente, toda la tensión que se había acumulado durante todo este tiempo explotó. Ella quedó flácida mientras su humedad rociaba toda su dureza y piernas. Hans que había planeado continuar durante una hora más, fue tomado por sorpresa por el repentino apretón y la explosión del dulce néctar y se liberó en respuesta. Los antiguos ancestros no mienten... El agujero de una belleza es en realidad la tumba de un héroe. Con mucho gusto moriría por ella... Pensó Hans mientras abrazaba su cuerpo con fuerza por detrás, jadeando por aire mientras frotaba apasionadamente su rostro contra su columna. Lara no se atrevió a moverse, incluso cuando el Alfa encima de ella comenzó a frotar su cara sudorosa en su espalda, ella se mantuvo quieta. No quería encender involuntariamente chispas innecesarias en la bestia que todavía estaba dentro de ella. Pero aun así, había señales de recuperación. La respiración pesada detrás de ella parecía hacerse más fuerte con cada momento que pasaba. Para su decepción y consternación, el Alfa le dio la vuelta y la puso boca arriba tan suavemente como pudo. Él miró su rostro sonrojado, sus ojos se movieron por todo su cuerpo y finalmente se quedaron en sus hermosos pechos. Eran los pechos más hermosos que jamás había visto. Eran llenos y redondos, enormes y alegres, con p*zones de color rosa encima. Tragó, intoxicado por ellos. Se abalanzó sobre ella con una mirada salvaje en sus ojos y la levantó por la cintura. Se inclinó lentamente hacia sus pechos. ¡Muerde! Él la mordió con rudeza. Lara miró consternada al Alfa que la mordía, sorprendida por su repentina animosidad y por el dolor y la picazón que sentía en sus pechos. Su trasero se sentía dolorido y entumecido porque su dureza todavía estaba dentro de ella. Se mantenía cuerda con el hecho de que todavía estaba viva. Afortunadamente, ella fue arrebatada de Hans antes de que él pudiera causarle más daño. Ella sintió que su dureza la abandonaba y dejó escapar un imperceptible suspiro de alivio. _ Hans respeta a tus mayores _ Una voz tranquila e inexpresiva sonó a su lado. Luchó por girar la cabeza para ver quién era este Alfa. La levantó y la llevó afuera al jardín, acostándola sobre una enorme roca cálida junto a aguas cálidas. Ella parpadeó cuando vio su rostro claramente por primera vez, este era el hombre que vio sentado en la silla cercana anteriormente, Peter Jerskins, si recordaba correctamente. Estratega de batallas. Ella miró fijamente sus suaves cejas y sus profundos ojos de obsidiana, preguntándose cómo podía parecer tan ajeno a esto, como si todo lo que le sucedió en ese momento no lo afectara en lo más mínimo. Y fue este Alfa gentil y tranquilo, un Alfa que tiene el conocimiento suficiente para ser premiado por su sabiduría, quien la miró con ojos profundos y enfocados, comenzó a insertar sus dedos uno por uno en ella. Sacándolo e introduciendo nuevamente, girando y moviendo dentro de ella sin secuencia. Incluso tuvo el descaro de parecer ingenuo, incluso elegante, mientras sus dedos se movían como demonios dentro de ella. Lara, que había sido utilizada dos veces antes de esto, no pudo soportar este tipo de estimulación en absoluto, sus piernas comenzaron a sentirse flácidas y pequeños gemidos escaparon de sus labios hinchados. Él tomó esto como una señal de invitación y apartó los dedos de ella. Le levantó la pierna con una mano e insertó su dureza en ella con la otra. Luego se inclinó hacia su rostro y probó sus labios lentamente, saboreando su sabor único. "Qué suavidad, qué sedosidad"… pensó para sí mismo. Cerró los ojos, experimentando en silencio la sensación de su dureza, que estaba apretada en un espacio reducido y mezclada con humedad. Se sentía húmedo pero estimulante. Las nubes comenzaron a dispersarse y la luna brilló intensamente. Aparecieron sombras debajo de las flores a su lado. Él la miró bajo la suave luz de la luna, su piel brillaba con un aura perlada mientras la luna brillaba sobre ella, sus cejas bien dibujadas son tan perfectas como siempre. Sus seductores ojos, cubiertos de lujuria, parecían guardar secretos incalculables. Peter respiró hondo mientras se recuperaba rápidamente del aturdimiento. Dejó que todos los pensamientos abandonaran su mente y dejó que su cuerpo tomara el control. Con cada embestida, más fuerte lo hacía y más profundo era. Mientras la toma, Lara saltaba de un lado a otro en el aire, pero él siempre la sujetaba por la cintura y la empujaba hacia abajo sobre su bestia. A medida que pasa el tiempo, ni siquiera tuvo la oportunidad de mantener el equilibrio, ya que sus piernas colgaban en el aire. Como no quería caer, no tuvo más remedio que rodearle la cintura con las piernas y rodearle el cuello con los brazos. Pero mientras hacía eso, se volvió aún más tensa que antes, y él fue aún más profundo. Sus ojos se entrecerraron peligrosamente ante sus acciones, dejó escapar un pequeño resoplido mientras se controlaba. Mientras él estaba de pie y ella estaba envuelta alrededor de él, le era imposible cometer un error. Él se distanciaría de ella y la golpearía con fuerza. La apoyó contra una roca vertical, cálida por las aguas mientras continuaba su conquista. En poco tiempo, pudo sentir una gran cantidad de líquido cálido fluyendo desde su abdomen hasta sus piernas mientras ella perdía el control de su fuente. La acostó sobre una roca mientras ella se quedaba inerte. Le levantó la barbilla y un par de ojos de obsidiana, profundos como las estrellas reflejadas en el mar, le devolvieron la mirada. Mientras ella miraba perdida en sus pensamientos, sus cálidos labios tocaron los de ella, suavemente. Podía sentir el calor en sus labios, el movimiento de su lengua dentro de su boca. Le mordisqueó los labios, sin dejarla escapar. Incluso podía sentir la dureza, todavía dentro de ella, creciendo con cada beso. Una enorme ola se estrelló contra ella una vez más, mientras sentía que la dureza, todavía dentro de ella, se hacía más grande con cada beso. Su doloroso abismo era tan sensible que cualquier pequeño movimiento la desencadenaría intensamente. Sus ojos brillaron al sentir su respuesta hacia él, le gruñó al oído mientras dejaba salir todo, todos esos años de almacenamiento se derramaron en ella, llenándola hasta el borde. Ella lanzó un grito silencioso en su boca al sentirlo todo.
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