La ciudad se extendía ante Alexandra como un lienzo en blanco, prometedor y lleno de posibilidades. Su arte, que resonaba en cada pincelada, la había catapultado hacia una exposición en la vibrante París. Mientras Daniel, su esposo, enfrentaba decisiones cruciales en el mundo empresarial, la distancia entre sus sueños individuales y su amor compartido se hacía más evidente.
El estudio de Alexandra bullía de emociones. En medio de lienzos y pigmentos, recibió la oferta que cambiaría su vida. París la llamaba, una oportunidad para exponer sus obras ante el mundo. Sin embargo, la excitación se mezclaba con la duda mientras enfrentaba la realidad de dejar atrás a Daniel, quien se sumergía en un nuevo proyecto empresarial.
Mientras Alexandra despegaba hacia el cielo parisino, Daniel se encont
