La tarde se tiró sobre París, envolviendo la ciudad en tonos cálidos y sombras que se alargaban. Después de un día de exploración emocional y compromisos, Alexandra y Daniel estaban en su apartamento. Pero la atmósfera estaba como cargada de expectativas, como si el destino estuviera por tirarles nuevos desafíos en la relación. De repente, el teléfono sonó, rompiendo el silencio. Daniel, al contestar, se topó con la noticia de que una figura del pasado estaba en camino a París. ¡O sea, Emily, la antigua llama de Alexandra! Las emociones se armaron un alboroto en el aire, y el renacimiento que habían tenido se veía amenazado por la sombra del pasado que regresaba. La noticia desató un montón de pensamientos en Alexandra. El pasado, que se pensaba haber dejado atrás, volvía como un fantasm

