Capitulo 21

3136 Words
Me despierto adolorida, la sección de sexo de anoche me dejo exhausta, las ganas y el deseo pudieron más con nosotros que el cansancio, siento las cosquillas en los pies y protesto antes de abrir mis ojos con pesadez. Una cosita peluda y blanca está lamiendo la planta de mis pies mientras Jared se tapa la boca para que no me despierte. Aparto mi pie escondiéndolo debajo de la manta y la cosita esponjosa escaba hasta meterse debajo de ella a morder mi tobillo, me siento en la cama levantando la manta para ver que está haciendo, me mira y suelta ladridos pequeños, le sonrió y lo tomo en brazos. - ¿Qué es esto? – se remueve en mis brazos inquieto buscando lamer mi cara - Un cachorro de lobo – le volteo los ojos - Sé que es un cachorro de lobo, ¿pero porque está en la cama? – me sujeta del tobillo jalándome hacia el - Es nuestro bebe – me quedo atónita ante sus palabras - ¿Nuestro bebe? – asiente mostrándome una sonrisa - Si, nuestro bebe tú y mío – lo miro a él, atónita y luego al cachorro sin entender de qué va esto - ¿quieres ponerle un nombre? Aun no decido uno, y ya que tú vas a ser la mama me parece justo que seas tú la que le pongan un nombre – lo levanto en brazos viendo que sexo es, el perro trata de saltar sobre mi - Mami es una cosa sabrosa ¿a qué sí? Te quieres comer a mami – Jared le hace cosquillas en la panza y el perro se alborota ladrando - Pacun – voltea frunciendo el ceño - ¿Pacun? ¿Qué clase de nombre es ese? – me quedo mirando al animal en mi posición - Así se llamará – doy por concluido el tema acariciándole el pelaje blanco como la nieve Siento algo húmedo y caliente en mis piernas y aparto al perro viendo que el hijo de puta me meo encima. - ¡Pacun! – el animal ladra emocionado, me alejo quitando las sabanas y las mantas lanzándolas a la cesta de lavado - Marcando territorio desde tiempos inmemorables – Las carcajadas de Jared inundan la habitación, bufo yéndome directo a baño con el perro detrás de mi - Si el perro es tan loco como tu tendré muchos dolores de cabeza – me desnudo metiéndome bajo la ducha – Jared llama a la empleada para que limpie el desastre del perro – el animal se queda fuera de la ducha con la cabeza ladeaba siendo la lluvia artificial Le hago morisquetas y mueve la cola emocionada cada vez que juego con el agua lanzándole chispitas, Jared se para bajo el umbral de la puerta apreciando la escena con total diversión. ¿Necesita algo señor esposo? – sonríe achinando los ojos mientas camina hasta el perro alzándolo en brazos - Si, empotrarte contra las baldosas hasta que las piernas te tiemblen y no puedas respirar – la respiración se me vuelve irregular y el corazón se me sobresalta con la imaginación de todas las escenas que podemos hacer en esta ducha Me volteo dándole la espalda, apresurando el jabón en mi cuerpo para terminar esto rápido antes de que la noche gloriosa de ayer se repita, pero con diferentes escenografías. El jabón se resbala de mis manos y tengo que inclinarme para tomarlo del piso de la ducha. - ¡Joder! ¿Quieres que a mi polla le dé un infarto? Ese culo está pidiendo a gritos ser penetrado – me sobresalto cuando siento sus manos palmeando mis nalgas - Aléjate – le aparto la mano, ese hombre es una pesadilla andante y temo que a su lado me vuelva una ninfómana - ¿Qué paso solecito? ¿le agarraste miedo a la Jaredconda? – Me rio de las estupideces que dice ¿Jaredconda? Si claro - Déjate de tontearías y cuida al perro, no vaya a ser que lo sueltes por andar de cachondo – se queda con la vista fija en mis pezones erectos - Juro por Dios que, si no sales en este momento, te voy a desvirgar ese culo – me tenso, solía tomar a la liguera sus comentarios guarros, pero desde ayer comprobé que cumple su palabra cuando de amenazas sexuales se trata Me deja sola con la notoria erección a la vista, me termino de duchar apresurándome al vestidor, si me ve en toalla capaz y me quiera encerrar todo el día en una habitación con mis jadeos y sus gruñidos como música de fondo. Me decido por algo cómodo, no es como si tuviera que impresionar a alguien, la vieja me cae de la patada, el metiche prefiero ignorarlo para no ahorcarlo, y la zorra gracias a los cielos y se fue ayer por la noche, porque si la tenía un día más cerca de mí con esa voz tan espantosa le iba a arrancar la tráquea con las uñas. Me quedo quieta y en silencio cuando veo a Jared en el suelo con las piernas extendidas y es perro en medio de está jugando con un peluche de felfa, me acerco con sigilo rodeándolo con los brazos, aspirando su aroma, le doy un beso en la mejilla antes de sentarme a su lado a jugar con Pacun el resto de la mañana, desayunamos en la habitación, me ponía de mal humor comer con personas que no me agradan, y como el prometió no dejarme sola se quedó desayunando conmigo en la cama junto a perro que no paraba de tragar todo lo que le dábamos. La tarde se resume en lo mismo, jugar con el perro, poner en la habitación, ver películas y tener sexo. Me despierto sobresaltada cuando siento que me están picando la oreja, Jared a mi lado recién bañado y con el cabello hacia atrás me ve sonriente. - ¿A dónde vas tan arreglado? – me tiende la mano para que me incorpore - Vamos, porque no pienso ir solo, tu vendrás conmigo- frunzo el ceño sin entender a qué se refiere – Ve a cambiarte, no te pongas muy deseable, no quiero estar partiendo cara para marcar territorio – le sonrió inclinándome para darle un beso - Señor alemán no le han dicho que se ve jodidamente sexy en modo toxico y celoso – suelta una carcajada agarrando una de mis nalgas - Espero que la señora Müller no me provoque mucho hoy, porque al lugar que vamos es para hacer negocios y el sexo exhibicionista es algo que aún no he probado y se me apetece – le sonrió mordiéndome los labios – ante a ponerte bonita para mí, te esperare abajo, si sigo pegado a ti no iremos a ningún lado – asiento corriendo al baño Me doy una ducha rápida y me encierro en el gran vestidor pasando entre los vestidos con escote pronunciado, quiero que el culo se me vea apetecible y las tetas como melones, porque esta noche tendremos un show privado con sexo incluido. Me decido por uno de color ciruela con tirante y escote recto, es corto y las piernas se me lucen de maravilla, la piel pálida hace contraste con el vestido dándome una mejor imagen, las piernas torneadas las empapo de crema humectante para que queden más brillosas, me aliso más el cabello dejándolo suelto, paso dos pasadores por el dejándolo hacia atrás, me coloco unas sandalias de tacón y termino de completar el atuendo con un maquillaje llamativo y unos pendientes alargados. Meto las cosas que creo necesitar en una cartera pequeña, incluyendo un arma, nunca se sabe cuándo alguno de mis enemigos me haga un encuentro no grato y termine en una lluvia de balas inesperada. Bajo las escaleras viendo a Jared al pie de está hablando por teléfono, me paro frente a él sin hablarle, me come con los ojos, pero no me dice nada, paso el dedo por mis labios pintados de color vino. Le muerdo el dedo cuando intenta alejarlo, me sonríe y pone un brazo en mi espalda guiándome a la salida de la mansión. - No me importa que tengas que hacer, solo consigue el trato – pasa la mano por su cabello luciendo frustrado, los escoltas no abren la puerta de la camioneta en la que nos llevaran, me quedo quieta esperando a que cuelgue – Leonel, no estoy de ánimo para sus incompetencias, pago millones de dólares por sus servicios, servicios que no sirven para una mierda porque ¡son una cuerda de idiotas buenos para nada! – agrando los ojos cuando las cosas se empiezan a salir de control, lo pongo la mano en la rodilla para que se calme un poco - ¡Quiero el trato para hoy! – cuelga y suspira antes de fijar los ojos en mi Me jala del brazo sentándome en sus piernas, pasa las manos por ellas llevando a mis muslos, posa su cabeza en mi pecho, le empiezo a acariciar el cabello tratando de darle calma. - ¿Todo está bien? – Asiente suspirando - Es solo cosas del trabajo, nada de lo que tengas que preocuparte – asiento mirando el pasar las calles por la ventana sin dejar de acariciar su cabello - Es muy lejos de casa… ¿A dónde vamos? – me miro pidiéndole al conductor que nos de privacidad Un vidrio polarizado se sube en medio de los asientos tapando la vista del conductor con nosotros. Posa sus manos en mis senos y empieza a prenderse de ellos como si no hubiera un mañana, me acomodo en su regazo abriéndome de piernas sobre él, creo que nos ganó las ganas, busco bajar la cremallera de sus pantalones para liberar la punzante erección. El auto se estaciona y detengo mis manos viendo hacia fuera, estamos a las afueras de un Club, me acomoda el vestido guardando los senos cuidando que todo quede bien tapado. - Disculpa que te deje así cielo, pero nos esperan unos socios importantes – asiento bajándome de su regazo pasando las manos por mi cabello y bajando el vestido, compruebo que el maquillaje está bien y bajo cuando me abren la puerta. Hay una cola kilométrica de personas que esperan por entrar, me toma de la mano caminando conmigo a la entrada, el vigilante nos da paso apenas se fija en nosotros, más en el que en mí, primera vez que vengo para acá y ya me estoy enamorando. Miro a nuestro alrededor, una barra aérea con luces led y bebidas de colores, las botellas alumbran con los faros que están sobre ellas, la pista de baile es enorme, el Dj también está en una tarima aérea, todo da pinta de futurista, hay personas, pero el lugar no está a reventar, supongo que es un tanto exclusivo, nos encaminamos a la zona VIP y el personal enloquece cuando lo ve, las camareras enloquecen y se aglomeran a preguntarle si desea algo de tomar. - Oye ¿eres famoso o qué? Porque todas las personas se volvieron locas apenas te vieron – le susurro en el oído para que solo me escuche el - Es lo normal cuando el dueño hace presencia ¿no? – me asombro ¿Dueño? ¿escuche bien? - ¿eres el dueño del club? – asiente indicándome que me siente - Compre la propiedad hace algunos años y lo convertí en lo que más diera dinero, para mi perspectiva el alcohol y el sexo es el negocio que nunca quiebra, así que construí este club en casa de que me quedara sin patrimonio – me inclino el trago que me dan paseando los ojos por el lugar Ósea que literalmente también es mío… - me mira tomando de su vaso – soy tu esposa lo más sensato es que todo lo tuyo sea mío – se acerca rosando sus labios conmigo - Yo puedo ser tuyo cuando quieras – paso la lengua por sus labios sonriendo coqueta - Eso lo tengo todos los días, pero un Club que vale miles de dólares no se obtiene todos los días – niega riendo, pone la mano en mi muslo y zona nuestras narices aumentando el deseo pecaminoso que habita en nosotros - Buenas noches – volteo a ver a un grupo de hombres trajeados con pinta de sicarios – señor Müller corrían los rumores que había muerto en manos de la mafia, me alegra comprobar que no es cierto – me siento derecha cruzando las piernas cuando el hombre toma asiento sin antes ser invitado - Lástima que tus fantasías no se hagan realidad – Jared se inclina el vaso acabando con el contenido Siento sus miradas en mi penetrando las prendas de mi ropa e imaginando mi cuerpo desnudo, tienen una mirada tan intensa que me pone incomoda, puro morbo es lo que reflejan sus pupilas. - Señor ¿desea otro trago? – pongo la mano en el pecho de Jared apenas la camarera se le acerca mucho - Si cariño, a él un vaso de coñac y a mí un tequila – le tiendo la copa vacía La mujer me ve como si fuera un extraterrestre, le sonrió esperando que tome el vaso antes de que se me canse la mano. - Señor… - bajo el vaso colocándolo en la mesa de cristal en medio de nosotros con la mirada de los hombres aun en mi - Supongo que no necesitas el trabajo – le suelto con una sonrisa fingida - ¿Disculpe? – me mira ofendida - Es mi esposa, haz lo que ella diga – la mujer lo mira sin poder crecer lo que acaba de decir - ¿Esposa? – el hombre más bajo de todos se atreve a preguntar la misma duda que tienen todos - Si, esposa y para que no se queden con la intriga se las presento – se pone de pie tendiéndome la mano para que también lo haga - señores, la señora Emma Park de Müller – les sonrió pasando las manos por el pecho de Jared - Así que sentaste cabeza, me parece buena idea… aunque pensé que sería con otra – susurra con el vaso entre los labios, los celos me abarcan y me siento viéndolo - Lastimosamente para las otras es señor Müller se casó conmigo – miro mis uñas con fingida inocencia Ya veo – me mira de reojo para luego fijar su vista en Jared – a lo que vinimos, odio perder el tiempo – Jared se pone rígido a mi lado - Comencemos – la camarera deja las bebidas desapareciendo cuando termina Me sirvo un trago y siento la presión cuando el ambiente se vuelve tenso. - Sabes que no podemos echar la construcción ara atrás, te dimos tiempo de que nos vendieras la propiedad y te negaste, no que más opción que… - el hombre a mi lado se altera estrellando el vaso contra el vidrio Lo miro sin entender, me sigo bebiendo el trago ignorando la situación. - No vas a construir una mierda – el hombre más viejo de todos se burla de la afirmación de Jared - Señor Müller, eso no está en discusión – Jared empuña las manos y mira con ira a el señor bajito y enano - Éramos socios ¡estas traicionando mi nuestro trato! – miro a las personas tragándome las burlas, el alcohol me pone la lengua suelta y siento que me va a dar con la sinceridad - Lo siento, pero desapareciste y los negocios decayeron – lo miro incrédula - Pero que sinceridad – me burlo tomándome otro trago - Disculpe señora Müller, pero los negocios como son – asiento dándole la razón - Supongo que, así como es sincero me imagino que será sincero cuando se acaben los nexos con mis negocios, porque pensamos romper lazos con ustedes – Jared se queda asombrado ante mi intromisión - ¿Disculpe? – les sonrió - Así como lo oyó, ya que no aceptan el trato de mi marido lo mejor que es abandonen nuestro local y se vayan – todos se asombran y yo solo les brindo mi mejor sonrisa – O… aceptan el trato y todos felices y contentos, se conservan los lazos y brindamos por ello – alzo el vaso y ninguno me sigue - ¿No? Bueno… - me inclino el vaso – le debo recordar que siempre hay temas legales y déjenme decirles que soy una excelente abogada así que les pateare el culo si se meten con mi patrimonio – me inclino dándole un pico a Jared que sigue atónito – vamos a bailar – le ronroneo a Jared mordiéndole el lóbulo de la oreja – los veo en la corte caballeros – se levantan todos frenándonos el paso - Señor Müller podemos llegar a un acuerdo – sonrió para mis adentro Jared se volteo con el semblante serio, me vuelvo a sentar y empiezan a entablar un acuerdo acerca de tierras, negocios y mercancías que no tengo ni idea, pasa media hora entre platicas y disputas y me aburro, me levanto dejando a los hombres con lo suyo, me dirijo a la barra a tomarme un trago mirando el panorama. Hola – un chico se sienta a mi lado poniendo un trago en frente de mi - Hola – respondo de manera seca alejando el trago - Es para ti preciosa – le devuelvo el trago de nuevo - No gracias, tengo el mío – le levanto el vaso moviéndolo frente a él, para que lo vea - Solo es un trago no es… - le posan una mano en el hombro y con solo ver esos ojos que me prenden tanto destellando rabia me paso la lengua por los labios. - Disculpa amigo, pero ella está casada – le sonrió cuando se sienta a mi lado quitando al idiota que no me dejaba tranquila - Después dices que el radiador soy yo – me atrae hacia el colocando las manos en mis caderas sujetándome con fuerza - Voy a tener que matar a más de uno esta noche – me acerco hacia el mordiéndole los labios para luego besarlo con furor – Te quiero – me susurra entre besos, me quedo sin saber que responder, no esperaba que fuera tan rápido y menos que me hiciera una declaración tan inesperada Pasamos la noche entre tragos, besos y risas, me quedo con la sensación de felicidad que me brinda, sé que todo es una completa mentira, aun no sé porque dice que soy su esposa y crea este teatro que me molesta. Me embriago en otra noche de deseo que se me graba en el alma.
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