Cuatro días habían transcurrido desde que Esteban se marchó a Italia, Olivia estaba sumamente aburrida en el departamento, ya que Violeta pasaba la mayor parte del tiempo con Mikhail y era evidente que Olivia no le haría ningún reclamo, porque cuándo ella misma tenía tiempo con Esteban se dedicaba exclusivamente a él. Aquella mañana despertó temprano, decidió que sería un buen día para correr un poco, quizás algo de ejercicio le ayudaría a distraerse. Se vistió adecuadamente, tomó un poco de agua en un envase para llevar, esperaba que Esteban no le llamase en ese preciso instante porque dejaría el celular en casa, ató su cabello en un moño alto y salió. Al llegar a la entrada del edificio se encontró con Gael. —Hola, Olivia— le dijo con una sonrisa encantadora. —Gael, que bueno verte

