Identidad

El inicio del fin

Desde los 15 años tengo un sueño recurrente que no me permite descansar: Me encuentro en la casa donde pase mi infancia, empiezo a caminar entre las habitaciones, me detengo justo cuando veo a una niña aproximadamente de 8 años con una jardinera de color rojo, camisa blanca, delantal gris, medias hasta la rodilla y zapatos negros, con cabello oscuro hasta la cintura con unas trenzas en forma de corona, ojos color azul, y piel tan clara que ha plena vista se observaban las venas como pequeños canales de agua que recorren su cuerpo. su rostro inocente, cambia para transformarse en desolación y tristeza, dé repente siento una mano que me toca el hombro y empieza a bajar por mi cabello hasta la cintura sigue bajando, y la niña empieza a llorar, las primeras lágrimas claras, pero después llora sangre y escucho gritos muy fuertes que imponen mi nombre una y otra vez.

- Buenos días Señorita Kirchner

- Buenos días Fernando ¿Qué tal todo?

- Deberíamos ponernos al corriente de lo que ha sucedido por el edificio, ¿Le gustaría llevar su correspondencia?

- Se lo agradezco, no me quedaré mucho asi que pasare a tomar una taza de cafe

Mientras subo las escaleras a mi pequeño apartamento, ubicado en el centro de la ciudad, reviso la multitud de recibos sin pagar, hace mucho que no venía, y si no fuera por Fernando el administrador del edificio, no habría un lugar al cual llegar. Sin embargo, si soy realista ni siquiera debería tener este apartamento. Camino sumergida en mis pensamientos y me topo con mi vecino Andreu.

- Angélica ¿Cómo estás?, hace mucho que no te veo.

Por unos segundos se me olvida que “Angélica” era el nombre que utilizaba en el edificio, Andreu me observa extrañado de que yo no le responda al saludo.

- Andreu, buenos días, disculpa, estoy un poco distraída. Evitó dar cualquier detalle sobre mi ausencia, ¿Qué tal todo, como está Gabriel?

- Ha crecido como no te imaginas, ya cumplió 6 años, este fin de semana se encuentra en casa de su mamá, pero, ¿qué te parece si paso por tu apartamento después de mi turno y te cuento todo?.

- Me agrada la idea

Da media vuelta y desaparece entre la puerta del ascensor sin despedirse como es su costumbre.

Mientras ingreso a mi pequeño hogar y me pongo cómoda, me es inevitable pensar en qué rápido pasó el tiempo, cuando conocí a Andreu su hijo apenas tenía 3 años, Erika que para ese momento era su esposa, lo había dejado afuera del apartamento con su hijo en brazos. Cuando cruce el pasillo hacia mi puerta me tropecé con uno de los juguetes de Gabriel, el pequeño soltó una cargada que me contagió de alegría, simplemente no pude pasar derecho, lo invite a quedarse en mi apartamento mientras Erika se tranquilizaba y los dejaba pasar. A pesar de la amargura que irradiaba Andreu, aquella noche fue inolvidable, hablamos junto a una botella de vino hasta que amaneció, y fue su hora de trabajar.

Debo reconocer que Andreu es realmente atractivo, debe tener por lo menos 1,90 de altura, es considerado uno de los bomberos más ardientes de la ciudad, tiene una tez de color canela, cabello y barba castaños claro, pero lo que más le destaca son sus ojos de un color verde nada comun me he podido percatar que llegan a cambiar de color segun sus emociones si está feliz es de color verde esmeralda pero en sus momentos mas oscuros son de color miel, con la expresividad e intensidad que podía paralizar a cualquier mujer. Desde entonces nos hicimos buenos amigos, él se divorció de Erika y obtuvo la custodia de Gabriel, cada vez que tengo vacaciones tratamos de pasar tiempo juntos lo que para mi es como un descanso del caos al que me enfrento día a día.