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1891 Words

Kendrik había elegido lo que quería y la había traído de regreso a la mansión en el corazón del enclave. Durante horas lo vio dormir, permitiéndose acariciar su mejilla. Había bloqueado las puertas de su mansión para que nadie lo molestara. La joven finalmente se despertó lentamente en el sueño que él le había impuesto. Cuando abrió los ojos, Kendrik no se movió, era un enigma para él, un cuadro que podía mirar durante horas. - Buenas noches Zyra ... Ella no se movió, mirándolo con su cuerpo arqueado hacia un lado, su cabeza enterrada en la almohada. - Donde estoy ? Su vocecita era ronca, somnolienta. - A salvo en casa. Ella encontró la fuerza para levantarse, él inmediatamente le subió la sábana hasta el cuello para que ella la agarrara. - No te toqué ni te desnudé. Exclamó con e

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