Capitulo 1

1433 Words
Estaba enfrente del espejo mirando como debajo de mis ojos color azul cielo estaban esas grandes ojeras. Llevaba apenas tres semanas en este nuevo empleo, sabía que mi turno era en la noche y era un poco más difícil que otros, pues llegaban muchas urgencias. Algunos días eran tranquilos pero había unos como el día de hoy que el hospital estaba lleno. Realmente amaba mi trabajo pero me costaba tanto estar lejos de mi familia, siempre fuimos muy unidos y para mi era muy difícil. Aún que sabía que todo esto era para poder darle una mejor vida a mis padres y mis hermanos. Yo soy la mayor de tres hermanos y tenia que esforzarme aún más para que no les fuera tan difícil el poder estudiar o simplemente vivir bien. Mi vida estaba marchando bien, tal vez mi sueldo no era el mejor pero podía vivir bien y aparte mandarles un poco de dinero. Tenia tantos sueños por delante que nadie ni nada me detendría en mis metas a futuro, por ahora quería empezar a estudiar mi especialidad en Traumatologia, claro que tenia que trabajar mucho para poder pagarla. Yo no tenia una base en ese hospital así que tendría que ganarla y demostrar de qué estaba hecha. Así que abrí la llave del lavabo y mojé mi cuello y mi cara, agarre mi cabello el cual es rojizo con destellos dorados y me hice una coleta, me lavé la cara y volteé al espejo >>Tu puedes>Sal, mucha gente depende de ti<< Acomode mi bata Blanca y puse mi estetoscopio alrededor de mi cuello y salí dispuesta a hacer lo que más amaba. La noche casi se pasó con algunos casos como Dolores estomacales en la madrugada, partos, algunas gripes y cosas sencillas, la verdad era muy raro que llegaran casos muy serios al Hospital y casi siempre era el Doctor Marcos quien los atendía, el era mi superior y se encargaba de llevar cada caso a su especialidad, yo por mi parte solía asistir a los médicos. Casi había terminado mi turno, solo faltaban dos horas y media para poder salir. Estaba que me moría de sueño, así que me senté en un pequeño cuarto que teníamos los médicos y enfermeras para dormir en lo que llegaba algún paciente de urgencia. Solo me recosté en la camilla y comencé a cerrar los ojos, pero no pude por qué una de las enfermeras entró. -Doctora Catalina la necesitan en urgencias, llego un herido de bala.- Me levanté de golpe para dirigirme de inmediato a la parte de urgencias donde estaba el doctor Marcos. El era un hombre alto y Delgado de aproximadamente de unos cuarenta y tantos años, era reconocido como uno de los mejores traumatólogos en la ciudad, solo que a el le gustaba mucho el turno de la noche. -Estado del paciente- Pregunto al camillero que me daba algunos papeles para llenar. Podía ver como el joven estaba inconsciente y muy lastimado. Era muy blanco y rubio, se veía por su cuerpo que era una persona que se ejercitaba mucho. -Se llamó a emergencias y al llegar se encontró a un varón de aproximadamente 27 años de edad el cual presentaba varias heridas de bala. Una en el torso y al menos tres en la pierna derecha, al parecer las de la derecha perforó hasta llegar al hueso tememos que lo destruyera.- Yo solo me limitaba a seguir caminando junto a la camilla la cual se dirigía a la sala de cirugías. También no podía dejar de observar al chico el cual se estaba debatiendo su vida. - Doctora Catalina tendremos que ingresarlo a cirugía para ver los daños en la pierna. Así que entrera conmigo- Comento El doctor Marcos mientras entrábamos a la parte de cirugías. -Claro doctor de inmediato, me cambiaré.- Nos pusimos nuestros trajes quirúrgicos y posteriormente entramos a la cirugía. Realmente la cirugía se tornó algo complicada ya que el paciente había perdido demasiada sangre. Nuestro trabajo no era por el momento saber quien era ese hombre o que le había pasado, nuestro trabajo era salvar su vida y posteriormente averiguar lo anterior. En la sala de cirugía se encontran con nosotros un interno y dos enfermeras. A esta hora casi nunca había tantos especialistas, pero estaba vez el chico había tenido suerte el Doctor Carlos era traumatólogo y yo estaba apunto de hacer la especialidad así que hicimos el trabajo lo mejor posible. La cirugía duró aproximadamente cuatro horas. Al salir de la cirugía estaba dispuesta a irme a casa y porfin descansar, la verdad había sido una noche muy larga. Cuando de repente el doctor Marcos se me acercó y me detuvo. - Doctora, quería pedirle de favor que le diera el analisis clínico a los oficiales sobre el joven que ingresó con heridas de bala- La verdad estába muy cansada y quería irme a mi casa, pero sabía que tenia que terminar mi trabajo. -Claro doctor- Me dirigí a la entrada en donde ya se encontraban dos oficiales que parecían ser sacados de una película policíaca, con sus vestimentas con colores sobrios y sus grandes gabardinas. -Hola que tal, soy la doctora Catalina, soy una de las médicos que asistió al paciente.- Estire mi mano para saludar, ellos por su parte hicieron lo mismo. -Doctora mucho gusto, soy el oficial Harry Mcgarry y mi compañera la oficial Lana Garcia. -Mucho gusto.-Abri mi carpeta de metal la cual contenía todos los datos de la cirugía.- El paciente presentaba una bala en el dorso el cual solo le perforó un poco y por suerte le pudimos sacar rápido la bala antes de que perforar algún órgano. Lo más trágico y que casi le cuesta la vida ya que perdió mucha sangre. Fue que le habrían dado al menos más de cuatro balazos en la rodilla casi dejándola destrozada, fue difícil hacer algo así que tuvimos que recurrir a clavos. El joven por lo menos no caminaría en unos seis meses. El aún se encuentra inconsciente así que por el momento no es posible que entren a verlo. -Lo entendemos doctora. La verdad es que este hombre es uno de los capos más buscados. Es parte de la familia mas conocida en la mafia Rusa, los Volkov, el es Nikolay junto con su hermano lideran gran parte del territorio estadounidense y también otras partes del mundo.- Me imaginaba que el chico estaba metido en problemas pero jamás me imaginé que fuera un mafioso. Quede petrificada la verdad en toda mi carrera me había pasado algo así. Sin más que decir me dirigí a mi casillero por mis cosas y así poder marcharme de este lugar. Sinceramente estaba demasiado cansada. Cuando entré en ese cuarto en donde se encontraban todos los casilleros de los médicos, vi como alguien estaba escondido, sentí un escalofrío en mi cuerpo pero crei que había sido por lo que acaba de pasar y mi mente que estaba muy cansada se imaginaba cosas. Termine de tomar mis cosas cuando un arme se pego detrás mío. -No grites si no morirás aquí mismo.-Una voz muy varonil con acento ruso se escuchó por detrás mío. -Porfavor suéltame, juro que no diré nada, si quieres dinero te lo daré.-Tenia pánico de verdad crei que moriría en ese momento. -No quiero tu dinero, quiero que me digas en donde está mi hermano. -Su voz era cada vez más imponente. -Yo no conozco a tu hermano.-Podia sentir como salían lágrimas de mis ojos -Es el joven que llegó con heridas de bala. Así que llévame.-¿Que?¿ acaso era el hermano del mafioso? Tenia miedo un hombre peligroso estaba apuntándome com arma y realmente no sabia si gritar o salir corriendo, porque seguramente el me mataría en el intento, así que solo asentí. Me dirigí hacia donde estaba aquel hombre, gracias a Dios estaba muy cerca de donde nos encontrábamos y no nos topamos con nadie. Al llegar el me soltó logrando así voltearme para ver a aquel hombre el cual me había amenazado de muerte. Pero al mirarlo quede petrificada, era un hombre muy guapo, parecía medir aproximadamente unos dos metros, era rubio con ojos color miel, su mirada era imponente. El también me miró por algunos minutos, cuando de repente se escucharon algunos pasos fuera de el cuarto. -Corre escóndete en el baño-Susurre señalando en donde estaba. El de inmediato se dirigió ahí. La puerta comenzó a abrirse y yo sentía como mis manos sudaban. ¿Que tal si era otro mafioso que también me apuntaría con su arma?
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