Capítulo 1. ANHEDONIA.

639 Words
15 - Junio - 2016 10:30 pm Cariño: El cielo desapareció para mí aquel día, en esa tarde tan soleada que me hizo odiar los días y el tiempo, en ese momento en el que llegué a casa y tú no estabas. Las preguntas "¿dónde estás?" y "¿qué pasó?" siguen en mi mente aunadas a un millón más que surgen tempestuosas a cada segundo y que me atormentan con el fin de no dejarme avanzar; no importa cuánto tiempo pase, nunca habrá respuesta. Es sorprendente todo el dolor que tienes que vivir para comenzar a apreciar las pequeñas cosas, los momentos, los detalles... Te he extrañado tanto en cada faceta de mi camino, me he sentido en el suelo por más de mil veces y en cada ocasión siempre llego a la misma pregunta y al mismo arrepentimiento: "¡¿Qué hice?!", "¡Fue mi culpa!". Ha pasado tanto tiempo y aún así no siento que esta herida deje de sangrar. Mi disociación crece brutalmente a la par de mi desconsuelo pero es extraño sentir que ya no puedo llorar, querer intentarlo y que las lágrimas ya no salgan, que todo ese dolor que llevo dentro sólo se acumula más y más y no me deja avanzar ni retroceder, que sólo me convierte en nada y en nadie, en el simple recuerdo de lo que era y lo que fue. ¿Shock?, ¿depresión?, aunque he pasado por todo eso desde el inicio de tu ausencia puedo estar segura de que en esta ocasión no se trata de ello. ¿Sanación?, estoy completamente consciente de que no estoy ni cerca porque simplemente no quiero hacerlo, no quiero sanar, no quiero olvidarte. He comenzado a entrar en ese punto sin retorno en el que ya no puedes sentir ni tu propio dolor, ni la ira, ni el sufrir, ni el paso de las horas, ni el hambre, ni el cansancio, ni siquiera tu propio respirar... La anhedonia es inminente, llega como mi verdugo de muerte lenta a tocar mi puerta y yo, como simple títere hueco, le abro y le recibo gustosa sintiendo que es una especie de recompensa a todo lo que he aguantado agonizante, que al fin llega a mí para anunciarme que todo ha pasado y que mi anhelada muerte me espera pronto... Sólo existo sin estar, ¿o estoy sin existir?, ya ni siquiera puedo saber la diferencia de algo tan simple y tampoco me importa averiguarla; creo que incluso la coherencia me ha abandonado y no la culpo, si yo pudiese irme lejos de mí misma también lo haría sin dudarlo. Quizás sea mejor así: tú manteniéndote lejos de la loca que jamás supo decir cuánto te amaba, de la egoísta que sólo se enfocaba en sus estudios y trabajaba tanto como podía. Lamento mucho nunca haberte hecho saber que todo lo que hacía era por y para ti; decirte que daría mi vida entera sólo por verte feliz y que entregaría mi alma a cualquiera sólo para asegurar que nunca te faltara nada... Qué curioso es, ¿no?, mi vida entera, mi alma y mi corazón siempre fuiste tú, y con tu partida te llevaste todo lo que yo era y toda esperanza de todo lo que quería y podía ser; ahora sólo aspiro a ser una persona y no un despojo del dolor que me consume desde hace poco más de un año... del mismo dolor que hace que con cada pensamiento te extrañe más. Extraño abrazarte, besarte, mimarte, tomar tu mano... pero sobretodo extraño estar a tu lado. Qué triste es caer en cuenta de que ahora nada de lo diga sirve, el tiempo no volverá y probablemente tú jamás recibas mis cartas. Mi corazón te necesita. Con todo el amor de mi alma, Ness. ❄
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD