Al salir del trabajo Amelia ensancha la mirada al ver a Raúl parado frente al restaurante con una sonrisa en los labios, aunque le alegraba verlo, deseo que hubiera sido Erick. —¿Qué haces aquí? —da algunos pasos hacia él. Raúl la visitaba a diario tanto en casa y ahora al parecer en su trabajo, la llenaba de dulces y frutas, pasaba un buen rato a su lado, muchas veces le contaba cosas sobre Erick de que no quería salir con él a ninguna parte. Todo su tiempo lo dedicaba a trabajar como esclavo en la oficina y que ya no lo dejaba entrar a su despacho bajo ningún motivo. Amelia estaba segura que lo evadía porque estaba celoso de que Raúl la frecuentara. —He venido a llevarte a casa, no es bueno que te esfuerces tanto. —Estoy bien, no tienes que cuidar de mi todo el tiempo. —Por supuest

