— No lo sé dime tú— dijo él— hasta ahora he sido bastante paciente contigo, pero creo que no voy a poder aguantar esto de amarte, tenerte cerca y no poder disfrutar de una caricia de tu parte; ¡lo siento no soy tan de palo! — Si, lo que dices es razonable, para mi tampoco es fácil ser tan displicente contigo— dijo ella— te tengo mucho cariño Gordon, pero un sentimiento romántico hacia tí no lo hay, creo que me equivoqué al aceptar ser tu esposa, tu mereces una mujer que te quiera como lo mereces, eres un hombre excelente, con sentimientos hermosos — Pero no lo suficientemente bueno para que tu me ames; ¿verdad? — dijo él amargamente. Ella lo miró y movió la cabeza de un lado a otro respondiendo: —¡Ojalá pudiera mandar en mi corazón! Mira que me he esforzado por sentir amor por tí, pe

