— ¿No saliste a caminar? ¿En dónde estabas entonces cariño? — preguntó la madre. — Salí con Richard mama— dijo Camila sin vacilar— no quise decirte al momento, tenía vergüenza contigo, pero eso me ha estado atormentando todo el día, no me gusta mentirte y lo sabes. — No te entiendo, ¿para qué la mentira? Eres adulta y nunca he dudado de tú buen criterio al escoger hacer las cosas, pero ya no te preocupes— dijo Alba— gracias por decirme. — Sabes que no es tan fácil— dijo ella— aún hay más, estuve con él mamá y no usamos protección y tengo miedo de que salga embarazada. A éstas alturas Alba se había quedado mirando a su hija, trataba de entender lo que escuchaba. —Camila, acabas de tener un bebé, tener otro tan seguido y sin una pareja estable me parece irresponsable de tu parte, n

