+JULIETTE+ Estoy saliendo de mi penthouse, cerrando la puerta con ese clic metálico que siempre me suena a “adiós, mundo cruel, vuelvo luego si me da la gana”. Respiro hondo. Llevo puesto un short azulón, camiseta blanca y deportivos. No pienso ganar ningún premio de elegancia, pero al menos voy cómoda. Lo bueno es que Bastien no está. Mi hermano lo ha llamado para no sé qué cosa… y, sinceramente, eso de tener guardaespaldas no me gusta. Me siento como una especie de celebridad en decadencia, pero sin la cuenta bancaria de una. Y menos me gusta cuando hace poco me puse en modo “puta insinuadora” con él. Sí, lo admito. No me enorgullezco… bueno, un poquito sí, pero no vamos a abrir ese debate ahora. Camino tranquila, con esa sensación de libertad que solo se aprecia cuando sabes que nadi

