+CLAIRE+
Me levanté muy temprano, aunque no había dormido más que unas pocas horas. No necesitaba espejo para saber que mis ojeras estaban maquilladas por la tensión, no por la falta de sueño. Me duché sin pensarlo mucho, dejando que el agua caliente resbalara por mi piel, como si con eso pudiera borrar el malestar que me rondaba desde hace días. Me vestí sin dudar: un vestido azul, pegado al cuerpo, de esos que gritan autoridad y pecado al mismo tiempo. Tacones que resonaban como latidos firmes sobre el mármol, cabello suelto.
Mi amiga ya no estaba. Había salido temprano, con el rostro iluminado por una sonrisa enorme. Se duchó y se fue, diciendo que su prometido la esperaba con un desayuno en la cama y algo más que no quiso describir. Apenas cerró la puerta, me dejó un mensaje: “Despué
