PIPER Ver a Ian parado frente a mí, es la cosa más irreal de mi vida, me tomo dos segundos para parpadear y comprobar que no se trata de un espejismo o de un juego de mi muy perturbada mente. Mi primer instinto es entrar en pánico, pero mi cuerpo está demasiado adolorido como para reaccionar con brusquedad. Pienso en girarme, hago el intento por alejarme de su presencia, la fuerza detrás de mí lo impide cuando me captura de nuevo. Mi corazón retumba con tanta furia, que el dolor en mis costillas me obliga a hacer una mueca. Pero entonces, me susurra al oído. —No grites. Mi cuerpo se congela. No, no puede estar aquí, no puede ser cierto, no quiero tenerlo cerca, tocándome como si tuviera el derecho de hacerlo, él me rechazó, me odia, todo este tiempo ahí estaban las respuestas, el enamo

