IAN Ha pasado una semana desde que Reagan aceptó ser mi chica, y desde que Piper salió de mi departamento con la mirada muerta, no la he visto, no ha asistido a la escuela, no me importa, no debería siquiera pensar en que he estado contando los jodidos días en los que ella no ha aparecido por el salón de clases. O saber que incluso he seguido con la mirada a su amiga Tamara, por los pasillos, quien actúa como si nada pasara, pero, ¿por qué debería pensar que algo está sucediendo? —Eh, pero si aquí está mi hijo de puta favorito —Kabil me da un empujón que me obliga a cerrar mi casillero de mala gana. Lo fulmino con la mirada, no le pienso preguntar por la pelirroja, lo conozco bien, sé que es lo que está esperando, por eso me mira con una sonrisa socarrona. —¿Por qué llevas siete día

