Llegaron a la casa, Alejandro había comprado comida como para un regimiento, cuando entraron Ángela recordó su vida ahí con su madre, tan tranquila y feliz, nada que ver con el presente. Como la echaba de menos. Alejandro y sus hombres inspeccionaron la casa y después les indicó que les había comprado la casa de al lado para que se quedarán ahí. Efectivamente era un pueblo pequeño, pensó, volvió a entrar y encontró a Ángela mirando las fotos con lágrimas en los ojos. —¿Es tu madre verdad? —Si, era una mujer muy valiente, la mejor madre del mundo. —le dijo Ángela. Después le contó la verdad, la historia de su pasado y que en ningún momento creyó en su padre. —Debiste contármelo antes. Se sentía culpable por haberla tratado tan mal dando cosas por sentado, Ángela no respondió, ¿Qué has