Capítulo 3: "MOLESTIA"(Actualización)

1520 Words
Hemos estado esperando por mi familia desde hace tres horas, les pedí ser puntuales, y así planeaban formar parte de la empresa familiar. Fernando solo se limita en poner su mano sobre mi hombro. Mantengo mi semblante serio y comienzo a rodar mis ojos en señal de frustración. -Tengo que contestar esta llamada, es un cliente-comenta el hombre a mi lado mientras se retira. -¡De acuerdo!- Asiento con la cabeza. Mi celular comienza a vibrar, el registro de llamadas me indica que es Daisy, cuelgo la llamada y el maldito celular vuelve a vibrar eata vez en mis manos. Esta chica no tenía dignidad, Fernando se acerca hasta mi y le comento que cambiaré la cita para otro día. -Yo creo que no será necesario- comenta mirando atrás de mi.- ¡Ahí vienen! Me giro a verlas y entran usando ropa diminuta, con tacones y maquillaje extravagante, ayer fue el entierro de mi padre, tan rápido se les olvido el luto y el amor hacia él. Aunque no me soprende ellas solo prefieren el dinero y los lujos antes que el amor; noto que un abogado joven viene con ellas, nos pasan de largo entrando a la oficina como si les perteneciera. -Terminemos con esto- comento de mala gana. -Recuerda mantener la calma-comenta mi padrino a mi lado. Nos adentramos a la oficina principal dónde todos tomamos asiento, por el rabillo de mi ojo me doy cuenta de que el abogado de mi familia limpia el sudor por los nervios con una pequeña toalla de algodón. Intento reprimir una risa de diversión; no puedo dirigirme a él como "pobre hombre" ya que no ha lidiado con ellas toda una vida. -Buenas tardes a todos, comenzamos con la reunión para las escrituras del departamento que se encuentra ubicado en... -Lo siento, pero a pesar de que Jhon nos dejara su departamento para vivir y llegaremos a un acuerdo económico mucho mejor, también queremos ser parte de la empresa y en lugar del departamento queremos las demás propiedades. -Lamento la interrupción señor Black- comento con cierto sarcasmo Grace Miller- Pero quiero cambiar el testamento de mi esposo, la casa la queremos para nosotras y que Jhon se queda con el departamento, el cuál lo puede compartir con su prometida o lo que sea ella. -Haremos esto, les haré una mejor oferta-Fernando me obseeva con cierto miedo reflejado no sólo en su rostro, si no también en sus ojos. ¿Acaso él no me conoce? ¿O sabé algo que yo no se? -Jhon- menciona el hombre, en sus ojos puedo notar una leve suplica. -Te escuchamos hermanito-ahora sí les conviene ser amables y lindas conmigo, solo cuándo se trata de dinero actúan de esa manera. -En lugar de transferirles todas las propiedades, les comprare una casa, elijan las que les guste, no importa el precio ni el tamaño de la casa; de una vez les informo que esa propiedad estará a nombre de mi esposa. -De acuerdo-comenta mi madre no muy convencida-¿Con respecto a la mensualidad? -No quiero que se hagan socias de mi padre, se restará el testamento tal y como lo indico él. Además no creo que quieran permanecer todo el día en una empresa sin tener conocimientos sobre esta. ¡Ustedes no saben ni una mierda de negocios! Y les ahorrare ese trabajo. -Lo que tu digas hermanito. ¿De cuánto será la mensualidad? -¿Cuánto dinero al mes nos darás?-pregunta mi madre ansiosa. -Les entregaré seis mil dólares a cada una de manera mensual. -Seis mil dólares, dos carros del año para cada una, guardaespaldas y viajes todo incluido. -Seis mil dólares un carro del año para cada una, guardaespaldas y les presto las casas a dónde viajen-comento desafiándola, ellas sd sorprenden por mi actitud en especial mi madre quién cambia su semblante para asentir. -¡Esta bien aceptamos! - comenta para levantarse- Pagalé al abogado. -¡Pagalé tú!-exclamo mientras me levanto, salgo de la oficina para pagarle a la asistente de mi padrino, quién sale mientras camina detrás de mi. Sacó mi cartera y entregó mi tarjeta de crédito. -¿Qué fue todo eso?-pregunta en shock.-Ni siquiera te reconozco. Me entregan mi tarjeta para darle las gracias, observamos a ambas mujeres que juntan el dinero para pagarle a su abogado, mi madre toma los billetes molesta y se los tira en la cara; salen molestas del lugar y hacen a un lado a las personas. -Nos vemos después-les grito. Me ignoran y salen del bufete, el abogado se acerca hasta mi todo pálido y nervioso, nos desea buen día y nosotros a él. -Ambos sabemos que nunca llegaríamos a un acuerdo con ellas. -¡Tienes razón!, pero aún así fue muy arriesgado, ambos las conocemos son capaces de pedirte todo poco a poco hasta quitartelo. -Para eso estas tu. Harás un acuerdo que me beneficie a mi y a las propiedades. Por algo mi padre me dejó como heredero universal. Ellas nos saben hacer otra cosa que no sea pedir dinero,viajes, joyas y ropa fina. Al igual que decirme que soy un bastardo. -¡No vuelvas a decir eso! ¡Tú no eres un bastardo! Te ayudaré con lo que me pides. Cambiando de tema, ¿Ya estas organizando la boda con Pauline? -Con respecto a la boda no hemos hablado, al principio pensé que tenía algo en mi contra o con los hombres, pero su seriedad solo es una máscara para protegerse, pero es alguien agradable y puedes platicar con ella sobre cualquier tema. -Me alegra mucho escuchar eso, a pesar de todo es un matrimonio, tu padre tuvo sus razones para que sea tu esposa, yo he platicado con ella en pocas ocasiones y es encantadora a su manera. ************************************* Mi asistente Sophie Jhonson se acerca a hasta mi nerviosa, me paro frente a ella y tengo que agachar un poco mi cabeza para observarla debido a que es algo baja de estatura; estoy seguro que no pasa del metro sesenta. Por la manera en que actúa me da la sensación de que algo esta pasando. Debido a que sus dedos chocan contra la carpeta de cuero y hace eso cuándo se encuentra nerviosa. -¿Qué es lo que ocurre señorita Jhonson? Esta muy nerviosa-comento mientras mensajeo von Thomas, quién se disculpa por no estar en Estados Unidos y apoyarme. -Hay alguien en su oficina señor Miller-comenta nerviosa y un rubor se hace presente. -¿Mi prometida?-pregunto con un poco de felicidad, me comento que vendría para tratar algo del acuerdo prenupcial.-¿Por qué no me habías dicho desde un principio?. -Eso es debido a que no es su prometida señor, es la señorita Taylor-comenta mientras pone la carpeta sobre su rostro, escondiéndose de mi furia. -No te preocupes. Yo me haré cargo de ese asunto de una vez por todas. Necesito que realices los encargos que te he enviado al correo y también que apoyes a mi prometida si lo requiere te pagaré las horas extra. -Enseguida señor Miller-comenta mientras se sienta sobre su silla, respiro profundamente antes de lidiar con esa mujer, camino hasta mi oficina y me encuentro a Daisy. La encuentro semideanuda sobre mi escritorio, cuento hasta el número diez, me acerco a ella y sus ojos brillan de la excitación. Dejo mi portafolio a un lado del escritorio y le comento: -¡Vete de mi oficina! -Jhon, podemos recordar buenos momentos-comenta mientras rodea con sus brazos mi cuello, me aparto de ella molesto-Podemos divertirnos antes, durante y después de tu matrimonio. Yo te necesito. -Eso lo hubieras pensando antes de acostarte con todo el mundo, no voy a juzgarte portu sensualidad eres libre de hacerlo con quien tu quieras, pero debiste respetarme al menos. -Cometí errores, pero podemos arreglarlos. Me haces falta tú. -¡Lo que te falta es dignidad! - la voz de Pauline se have presente, mientras nos observa molesta. -Pauline, dejame explicarte. -¡No hace falta! Ya lo escuche todo. -¡Tú no eres nadie para juzgarme!-chilla Daisy. -No te juzgo, simplemente soy sincera, mi prometido ya te dijo que no quieres nada contigo, perdiste tu oportunidad. -¡Eres una... -¡Largate! O si no, yo misma te saco. Interfiero en medio de ambas, Daisy se baja del escritorio molesta y Pauline la mata con la mirada ni siquiera se que estan pensando, lo que pienso en estos momentos es que todo esto es un capricho de mi es o algo que planearon mi madre y hermana. -¡Vamos a tranquilizarnos!-exclamo más para mi que para las mujeres frente a mi. -Jhon es mio. -¿Enserio vas a pelear por un hombre? Qué además dejó de ser tuyo desde hace mucho. Tuviste tu oportunidad. -¡Escuchame maldita! Sin que me lo espera Pauline la toma con fuerza del brazo y la saca de la oficina, no siquiera se que hacer o decir, lo ultimo que veo es una Daisy semideanuda afuera de mi oficina y como Pauline le cierra la puerta frente a sus narices.
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