Conquista

1760 Words
Cristian Todo el trayecto hacia la oficina fue muy silencioso, no podía evitar mirar de reojo por el retrovisor el asiento trasero donde venía Anabel con una expresión de que algo le preocupaba, parecía ser que estaba analizando algo muy importante por lo que no quise molestarla, así que no le dije nada, ni lo hermosa que yo creía que se veía. Llegamos al estacionamiento de la oficina y de inmediato me baje para abrirle la puerta y ayudarla a bajar, en cuanto su mano tocó la mía sentí una pequeña corriente eléctrica entre nosotros ella solo siguió el camino rumbo a los elevadores y yo la seguí, todos volteaban a vernos cuando llegamos ella solo siguió hacia su oficina entró y se encerró, yo me dispuse a realizar los pendientes del día anterior ya que como estuvimos todo el día en el hospital se nos juntó el trabajo. Ya casi para la hora de almorzar ella seguía como estatua en su oficina, no se que es lo que le pasa y me empieza a preocupar, en eso recibí un mensaje de Jorge para que fuera a verlo en su oficina, así que baje a su piso y toque su puerta. -Pase. - entré a la oficina y lo vi muy entretenido en el monitor de su computadora, así que aclare un poco la garganta. -Ya estoy aquí, ¿Qué pasó? -Que gran entrada la tuya está mañana, ¿Que es lo que está pasando entre ustedes? - era obvio que él me preguntaría por eso. - No es lo que estás imaginando y mucho menos lo que todos en la oficina se secretean. -Entonces porque llegaron juntos o se encontraron en el elevador. -Simplemente mis labores aumentaron, su chófer está de vacaciones y después de lo que sucedió ayer ella no puede manejar, entonces por un tiempo seré su chófer personal, Susan su asistente me lo pidió, es solo trabajo. -Buenos un trabajo que te beneficia en tus intenciones o no. - su mirada burlona era tan obvia. -La verdad eso pensé de inicio, pero hoy fue bastante incómodo, ni siquiera hablamos en todo el camino, ni me volteo a ver, al parecer algo le preocupaba pero no sé que es. -Y porque no le preguntas, tu habla con ella, hazle la plática, conoce lo que le gusta, lo que no, sus hobbies, al final y al cabo tienes que conquistarla.- creo que sus consejos son ciertos, debo de tratarla como a cualquiera con quien quisiera salir, a la que quisiera tener a mi lado, entablar una relación. -Tienes razón, iniciaré hoy mismo, de hecho voy a invitarla a almorzar nos vemos después. - salí de la oficina de Jorge decidido. Estaba pensando cómo decirle para invitarla a almorzar cuando encontré a Alfred en el elevador. -Que bueno que te veo, de hecho iba para tu escritorio necesito que la señorita Roses firme estos papeles, se tienen que entregar hoy mismo se los iba a llevar ayer pero como la señorita tuvo un percance ya no se pudo. En cuanto los tengas firmados me los llevas a mi oficina por favor. No me dejó ni contestarle cuando ya me había dado el folder con los papeles y bajado del elevador, ahora tengo otra excusa para hablar con ella. Camine hacia su oficina y toque la puerta pero no obtuve respuesta, volví a tocar y nada, así que abrí un poco la puerta y ella estaba como mirando al vacío, me acerqué y al parecer no percato mi presencia hasta que me mi rostro estuvo frente al suyo, vaya que era hermosa sus facciones, esas mejillas un poco rosadas y esos ojos cafés. -Anabel, Ana, ¿estás bien? despierta.- ella se espantó un poco y separó su rostro del mío, eso realmente no me agrado pero preferí no reaccionar mal. -Perdón, estaba un poco distraída, ¿qué haces en mi oficina? ¿necesitas algo?- casi se me olvidaba a que venía hasta que vi el folder en mis manos. -Traje estos papeles para que firmes, se tienen que entregar hoy, además para preguntarte si quieres ir a almorzar conmigo.- Creo que mi propuesta la sorprendió realmente. -De inmediato los firmo, y sobre el almuerzo lo lamento, en serio me gustaría pero ya tengo planes, tal vez en otra ocasión.- vaya que eso sí me bajo el ánimo, será que está empezando a ver a alguien, a lo mejor un viejo amor- es que tengo que ver a Susan para revisar cosas de mi agenda- me explico de inmediato creo que no disimuló tan bien como yo creo. -Oh ya veo, no te preocupes, nos vemos al rato que regreses a la oficina, ahora iré a entregar estos papeles.- salí de su oficina y fui directo con la secretaría de Alfred a entregar los papeles, ya que no almorzaba con ella no me daban ganas de salir así que pedí algo a la oficina y me fui a comer a las mesas de la terraza. Hoy tenía que empezar a dejar más claras mis intenciones con Ana, porque ella es una mujer realmente atractiva e inteligente y no quiero que otro me gane la posibilidad de tener algo más allá de una amistad con ella, para el plan obviamente, eso me lo repetía todo el tiempo pero la verdad estaba empezando a no creerlo ni yo mismo. Después de almorzar revise algunos papeles que Ana tenía que leer y otros que autorizar pero ella aún no volvía a la oficina, ya había pasado la hora de almorzar y todos volvían a sus puestos. Decidí ir a sacar unas copias y a ver qué materiales nos faltaban de la bodega y la vi aparecer por el elevador, se notaba que era modelo caminaba con un porte y elegancia, opacaba a todos a su alrededor. Yo la miraba desde una esquina de la oficina y pude apreciar que noto que no me encontraba en mi lugar medio giro su rostro para buscarme pero no giro tanto, después entró a su oficina y cerró la puerta, regrese a mi lugar y de inmediato le marque para decirle de los papeles que tenía que revisar ella me dijo que entrara a su oficina. -Aquí están los papeles que tienes que revisar, unos son unas sesiones de fotos y otros son unos temas que tienes que autorizar para que se empiecen los artículos. - estaba a punto de girarme para salir de su oficina. -¿Quieres ir a cenar conmigo? - vaya que eso me sorprendió, me quedé mudo por un instante. - ya que no pudimos ir a almorzar y quiero agradecerte por todo lo que hiciste por mí ayer. -Claro, yo estaría encantado de cenar contigo. -Perfecto, entonces nos vemos a las 8 en mi casa. Salí de la oficina bastante confundido, apenas hoy estaba pensando en como acercarme más a ella y como conquistarla y ella me da la oportunidad en bandeja de plata, esto si que es suerte. Una vez que dieron las cinco Ana me dijo que por hoy era todo, que era hora de irnos a casa, como yo era su chófer también debía de irme con ella así que guardé todo rápidamente y tomé mi saco para dirigirnos al estacionamiento. Abrí la puerta del pasajero pero ella lo rechazó y se sentó en el asiento del copiloto, eso me sacó una enorme sonrisa, rodee la camioneta y me subí del otro lado. -No te molesta que ponga música, es que está muy silencioso. -Es tu camioneta, así que no hay ningún problema. -Tienes razón- se empezó a reír y puso algo de música un poco movida, sin darse cuenta comenzó a tararear la canción, en ese momento noté que ella irradiaba mucha más luz y energía cuando estaba sonriendo. Llegamos a su edificio y la acompañé hasta los elevadores -Entonces te veo a las 8 para cenar, cenamos en mi departamento ¿No tienes ningún problema? -Si claro nos vemos en un rato. Fui a mi casa para darme un baño rápido y arreglarme, tenía que ver qué llevarle ya que ella se encargaría de la cena, por suerte encontré una florería abierta, sabía que sus flores favoritas eran las orquídeas, así que decidí llevarle una, estaba tan nervioso por está cena, ella había dicho que era para agradecerme por ayer pero yo aprovecharía esta oportunidad para acercarme a ella y dejarle mis intenciones claras. Anabel Mi plan para saber qué pensaba Cristian sobre mi y lo que pasa entre nosotros estaba en marcha, no se ni de donde saque el valor para invitarlo justamente hoy, en cuanto llegue le llame a Susan para que se encargará de la cena, ella se sorprendió pensó que llevaría a cabo el plan mañana y que iríamos a un restaurante, pero me dijo que no me preocupara más que por verme hermosa que ella solucionaba todo lo demás. No lo había pensado para nada, que me pondría, subí corriendo a mi vestidor para ver qué usar esa noche, escogí un vestido corto, color n***o con mangas largas y un escote en v que llegaba un poco más arriba del ombligo, me metí a bañar lo más rápido que pude, deje mi cabello suelto y me aplique un maquillaje muy ligero y natural, no quería verme tan exagerada, estaba muy nerviosa pero estaba decidida a aclarar las cosas está misma noche, en eso escuché la puerta y me dispuse a abrir, encontré a un hombre aún más apuesto que esa mañana, me saludo con un beso en la mejilla y pude apreciar su loción mezclada con su aroma natural, era tan embriagante, lo deje pasar y pude notar que la terraza de mi departamento estaba totalmente decorada y en el centro había una mesa con velas, vaya que Susan lo había arreglado todo muy bien y no me di ni cuenta en qué momento lo hizo. -Estas espectacular Anabel, siempre lo estás pero luces increíble.-No pude evitar sonrojarme. -Gracias tu también luces muy apuesto,¿ te ofrezco una copa de vino? -Si, por favor, vaya que se ve muy bien el lugar -Debemos agradecer a Susan la verdad, ella hizo esta cena posible, es increíble lo que pudo lograr en tan poco tiempo. - Yo creo que lo hace porque realmente te quiere ver feliz igual que yo.- Le entregué su copa y mi mano rozó con la suya, era tan electrizante todo el ambiente a nuestro alrededor, era un hecho él y yo teníamos química y una gran tensión entre nosotros.
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