—Hoy quiero llevarte de compras —manifiesta mientras, sentado en el borde de la cama, se calza los zapatos.
Desde el vestidor, en donde me encuentro vistiéndome para salir de la habitación y comenzar el día, volteo a verlo.
—¿De compras? ¿Para qué? —espeto—. No necesito nada, que yo sepa.
—¿Y tienes que necesitar algo para ir de compras? —rebate, sin verme porque continúa calzándose los zapatos, mientras que yo ya me he dado vuelta.
—Desde mi punto de vista, sí.
Se endereza porque ya ha terminado de ponerse los zapatos y se pone en pie. Camina hasta el vestidor y separa enfrente de mí.
—Pues desde mi punto de vista, no.
—Pero, yo no quiero nada, Hunter.
—Pero yo quiero regalarte algo.
—Me regalaste un collar con un rubí, me regalaste un montón de ropa, zapatos y bolsos que no nece
