Capítulo 21

1304 Words
La sangre no se niega, la sangre se hereda, puedes sentirla en tus venas, con secretos y penas; no manches tus manos, no dejes tantos rastros. Cuando cae sobre el suelo, solo quedan almas en duelo. Me quedé sorprendida al saber sobre mi origen, de repente sentí que era realmente alguien, que mi vida tenía sentido y poseía una historia. Miré a Bastian emocionada, y lo vi mirar el grimorio con escepticismo, no comprendí su preocupación; pero era claro que algo lo preocupaba lo suficiente como para mantenerse en silencio por tanto tiempo. Di un pequeño toque a su mano para llamarlo, y él me miró de inmediato, entonces se acercó a mí mientras miraba nuestro alrededor, estaba asegurándose de que nadie se hubiera dado cuenta de nuestro hallazgo, y además, de que nadie nos escuchara en lo absoluto. —Esto es un secreto que debe quedar entre nosotros dos —dijo en un susurro muy bajo, apenas perceptible para mis oídos. —Pero… Puso su índice sobre mis labios. —Esto es peligroso —aclaró —, ¿entiendes? No comprendía exactamente porque era peligroso, estaba feliz de encontrar a mi familia y no me daba cuenta de que tan serio era el asunto. Definitivamente pertenecer a una familia poderosa no podía ser bueno, aunque se supone que ya no existían, ¿dónde estaban ahora? ¿Podía encontrarlos? —Hablaremos de todo esto cuando estemos en otro lugar más confiable —aseguró él, al ver que mis ojos se llenaban de preguntas, mi mente no hacia sino pedir más información al respecto. ¿Por qué la biblioteca no era considerada un lugar confiable? No veía que la gente prestara mucha atención a lo demás, cada ser presente estaba enfocado en sus propios problemas y sus propias tareas. Volví la mirada al libro, sintiéndome un poco desanimada por la renuencia de Bastian a hablar de ello, y él se dio cuenta de cómo me sentía, así que se acercó un poco más a mi de forma protectora. —Vamos a encontrar a tu familia cuando salgamos de aquí —dijo y lo miré llena de alegría, eso era algo que realmente me encantaría. —Siempre quise saber quienes eran mis padres y por qué me dejaron sola —le dije. —Estoy seguro que hay una buena explicación para ello —comentó. —Por supuesto que la hay —dijo Violet, ella apareció en la silla frente a nosotros en un parpadeo, como si nos hubiera estado espiando todo ese tiempo —, no hay nada que temer —, me aseguró al ver que la miré no muy segura de si debía confiar en ella. Entonces, dijo una palabra extraña, Fenu, y frente a ella apareció un grimorio de color plateado, ella me mostró la portada y del mismo modo que el mío, tenía la silueta de una ave brillante dibujada en relieve. Me puse a revisar el libro de inmediato y vi que se trataba de un Fénix, el cuál se encontraba como un símbolo representativo de una de las siete familias. Violet también pertenecía a las siete grandes familias, podría ser esa la razón de que intentara acercarse tanto a mi. —¿Qué quieres de ella? —preguntó Bastian a la defensiva, situándose frente a mi y empujándome detrás de él. —Debo admitir que me tienes impresionada, vampiro —comentó ella —, tienes una posesividad bastante grande cuando se trata de ella, me pregunto si será por tu estatus de guardián o tu corazón se ha involucrado más de lo que desearías. —Hice una pregunta… —En realidad, últimamente has hecho muchas preguntas, es una pena que siempre encuentre la manera de evadirlas —se burló ella. —Tú… —, Bastian dió un paso adelante como si fuera a atacar, a la mujer realmente le gustaba sacarlo de sus casillas, de eso estaba segura. —Siéntate, Bastian —le dije, y me miró de reojo antes de volver a sentarse aún con una mirada amenazante. —Ya lo tienes domesticado —comentó ella, y la miré un poco mal, no me gustaba que lo hiciera enojar tanto, podía notar que tenía algunos problemas de ira. Aunque por dentro me divertía un poco verlo tan enojado y al mismo tiempo muy protector, algo que nunca admitiría en voz alta. —¿Por qué no nos dijiste que podíamos vernos aquí para estar seguros? ¿Esperabas que muriera en esa colina esperando por el sol? —pregunté, y ella me miró sorprendida por mi súbito cambio de ánimo, pero había recordado aquello de repente y no quería dejar pasar la ocasión para reclamarle. —Sabía que el vampiro se las ingeniaría, y la biblioteca es un lugar difícil de encontrar, ni siquiera yo esperaba poder encontrarla. Incluso yo tuve que pasar por todo un juicio para estar aquí, al igual que tu amigo no tengo un buen historial, hay un pecado que me persigue por la eternidad —explicó —, de modo que está bien que no confies en mi; pero debo advertirte que tampoco es bueno confiar en él. Lo miré a él, buscando en su rostro una razón para desconfiar, y puedo que me haya quedado un poco embobada detallando sus finos rasgos. Aceptaba que Bastian era un chico bastante guapo, tenía un rostro esculpido por los mismísimos dioses de la belleza. Él me miró con una ceja enarcada, y luego inclinó su cabeza un poco para sacarme de mi trance, o tal vez para mostrarme una cara inocente que lo hiciera parecer alguien confiable. No importa lo que hiciera, debía admitir que me tenía atrapada, no estaba segura de cómo podría irme de su lado. —A mi me parece bastante confiable —dije cuando alejé la mirada de él para poder concentrarme de nuevo en la conversación. —Que su belleza no te engañe, los demonios alguna vez fueron ángeles —comentó, y tragué un poco de saliva, nerviosa por sus palabras, no me gustaba aquella mención de demonios y ángeles, la forma en que Madre contaba la historia siempre daba miedo. —Lo mismo para ti —dijo Bastian, y ella se rió de él. —¿Cuál es tu pecado? —pregunté y ella fingió no escucharme, tomó el libro sobre las familias reales frente a mi, y revisó páginas al azar —, ¿no me lo dirás? —No quiero arruinar el ambiente —dijo en voz baja —, sé que te pondrías muy triste por mi, es toda una historia llena de drama —dijo con exageración —, pero, mi nuevo propósito en la vida no es recordar el pasado, sino buscar la forma de redimirme. Deslizó el libro de vuelta a mi en una página al azar. —¿Qué estás buscando? —preguntó. —Quiero ayudar a Bastian a encontrar su cuerpo, entonces podríamos revivirlo y… —No recomiendo la necromancia, trae muchos problemas —comentó —. Por otro lado, no es necesario que lo “revivas” como tu crees, cuando los vampiros mueren, sus cuerpos desaparecen rápidamente… Así que si su cuerpo aún existe en este mundo, él no está muerto, simplemente está dormido con una perfecta estaca en su corazón. Sí ese es el caso, seguro se lo merecía… —¿Estaca? —pensé en ello aterrorizada, y mi expresión de preocupación llamó la atención de ambos —, ¿no te duele? —le pregunté a Bastian y puse una mano en su pecho. —Este no es mi cuerpo real, ¿recuerdas? —Ah, sí, cierto… —Tienes un gran apego al vampiro —comentó Violet pensativa. —Es mi único amigo —le dije —, por eso voy a ayudarlo a que sea libre de nuevo.
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