Los días fueron pasando y me hice un poco más unido con keira, ya que ella todavía estaba en reposo pero podía hacer algunas cosas y siempre me pedía ayuda para levantarse, mi abuela quería ayudar pero debía entender que su espalda no era la misma que de hace 10 años. Keira poco a poco fue contándome más cosas, momentos que pasó con mi padre, a los lugares que le gustaba ir y los que le gustaba hacer, cuando ella hablaba de él un brillo especial se instalan en sus ojos, se nota que a pesar de los años el es importante para ella. También me gusta que sea atenta conmigo aunque ni yo entiendo bien el papel de hijo y madre ni ella mucho menos el de madre e hijo pero creo que es muy buena amiga, me escucha y me aconseja en muchas cosas, mi abuela estaba bastante contenta de que yo haya
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