(4)
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-Señor, necesita ir a casa a descansar.-Murmuró una enfermera, entrando a la habitación de Alice.
-Déjeme un rato más, se lo pido.-Pide el joven rendido, mientras intenta no caer del cansancio.
-La señora no responderá ahora, es mejor que vaya a su casa, o a su hotel y espere a que el doctor o nosotros le avisemos. Le prometo que si pasa algo le llamaremos.-Trata de convencerlo, mientras que Demian aferra sus uña a la cama, tratando de unirse más con Alice.
-Se los pido.-Suplico por primera vez, el gran Demian Volkova.
-Déjeme escoltarle a la puerta.-Demian miró de nuevo a su amada Alice, quien lucía como en una tétrica película de horror. En verdad no quería dejarla ni un momento sola, pero era imposible, era la primera vez que le decían un "no", en toda su vida. Pero también era la primera vez que Demian, hacia lo que se le pedía.
Él salió de la habitación con la cola entre las patas, pero no antes de dejarle un gran beso en los labios de su amada.
Después salió de la habitaron junto a la enfermera, mientras sus pies caminaban por sí solos. El joven no había dormido nada, lo único que le importaba era que Alice despertara.
*
Alice Volkova*
-¿Dónde estoy?–Grité como loca, mientras observo una luz blanca. Todo es borroso ante mis ojos, mientras que mis oídos me retumban. Me siento mareada y agitada, mientras que el zumbido en mis oídos no me ayuda en nada, incluso me siento más confundida ahora. ¿Qué ha pasado?
-Hola, señora Volkova.-Dijo una persona desconocida para mí, quién estaba vestida completamente de blanco. ¿Acaso es un ángel? -¿Estoy muerta?-Le pregunté mientras una luz me ciega por completo.-¿Estoy muerta?-Le repito una vez más, mientras que me empiezo a sentir algo paranoica.
-No hermosa, tranquila.-Me susurra mientras trataba de tranquilizarme.-Sé que te sientes algo mareada y aturdida, pero ya estás mejor.-Su voz es cálida, así que me empiezo a relajar mientras ella me habla.-Estás en el hospital querida.-Murmuró mientras escucho como abre algunos empaques, y puedo ver que me está aplicando medicina en el ultra venosa con una jeringa.
-¿Qué me paso?-Pregunté sin recordar nada de nada, mientras ella sigue con su trabajo. No puedo evitar quedar helada, al oler el desinfectante tan fuerte que usan en las manos.
-Tuviste un accidente, si se le pueda decir así.-Murmuró mientras me apunta con una luz, para medir mi calor corporal. Pero yo solo puedo pensar en lo que había dicho. ¿Accidente?
-No recuerdo nada.-Le confieso mientras dejo caer mi cabeza, contra las almohadas, mientras puedo ver el brazalete de ingreso al hospital. Después de ponerme la medicina en la intravenosa, ella empieza a ver mi electrograma, mientras puedo notar que tengo unos chupones en mi cuerpo.-¿Qué accidente?-Le pregunté adolorida por el medicamento yendo directo a mis venas, mientras que no podía sentir nada de la cadera a los pies.
-Es mejor que esperes a que tu esposo venga, y te diga lo que paso.-Comenta mientras apunta algunas cosas en su libreta amarilla.-Descansa, ya has pasado por mucho.-Ella me tapa con las cobijas, mientras que aún estoy confundida y algo curiosa por saber qué es lo que me paso, pero también cansada, así que mi cansancio me hace quedar rendida al tan siquiera hablar.
-¿Mi esposo?-Escupí al viento, mientras me enojo al hablar de él.-Él debe de estar bastante feliz de que esté aquí.-Me moví un poco y sentí un dolor insoportable.-¿Qué demonios me paso?-Pregunté alzando la sabana, con la bata azul que traía puesta, viendo que todo mi cuerpo estaba golpeado. Lentamente toque mi cara con las yemas de mis dedos, mientras siento como estoy inflamada y adolorida. De inmediato grite al sentir el dolor.- ¿Qué demonios me paso?-Pregunté ahora gritando histéricamente.
La enfermera se acercó a mí, intentando tranquilizarme.
-Fue un accidente, no te preocupes, tu esposo ha estado aquí todos los días. Solo que le pedimos que se fuera a casa, ya que se veía agotado.-Me responde la enfermera, mientras intenta hacerme sentir mejor con eso.
-No te creo.-Sollozo enojada, mientras que mi cuerpo se llena de sentimientos bastante horribles.-Él es un hombre muy malo, demasiado malo.-Murmuré con una lagrima saliendo de mi ojo.-No recuerdo nada, solo recuerdo cómo él me dijo que no me amaba. Yo misma quería borrar ese momento de mi cabeza, pero es el último recuerdo que tengo grabado en mi cabeza.
-No es lo que yo creo, se la ha pasado diciéndote que te ama.-Me dice con una sonrisa, mientras sus lentes se mueven por esa acción.
-No lo creo.-Murmuré decepcionada, pero luego solo pensé. ¿Acaso él me ha golpeado? ¿Y si esa fue la razón para que él me dijera que me amaba?
Los ojos me dolían, incluso el pelo también me dolía, junto con las piernas y los brazos. Me sentía realmente herida de cuerpo y alma.
La enfermera por su parte, no me da más detalles de lo sucedido, mientras yo sigo preguntándome cosas horribles: ¿Por qué siento que Demian hizo esto? Él siempre fue temperamental, mientras que yo también soy terca. ¿Acaso peleamos? ¿Fui su saco de boxeo?
Lo único que se viene a mi mente después de despertar, es que corrí por la playa, pero no recuerdo de quién. Es doloroso solo pensar en Demian, y en cómo me arranco el corazón sin consideración. Creo que jamás perdonaré el error que Demian cometió. Durante toda nuestra relación, me la he pasado perdonándole todos sus errores, no puedo aguantar uno más.
Ya estoy exhausta de ser lo que Demian quiere, he dejado de ser joven por él, todo el tiempo se esfuerza en hacerme daño. Él me hace daño cada vez que se acerca a mí. Ahora no se si quiero seguir con esta vida al lado suyo.