*TRES*

898 Words
Un chico abre la puerta. Es alto, tiene ojos color chocolate, cabello castaño con destellos rubios y una sonrisa con la cual podría iluminar la ciudad entera. —Hola nena— dice coquetamente mirándome de arriba abajo y se hace a un lado invitándome a pasar Levanto una ceja —Soy Jeff y tú eres... — dice cerrando la puerta detrás de mí —Alice— me presento —Y cuéntame, querida Alice ¿Que te ha traído por aquí? —Esta es mi habitación — digo y Jeff abre los ojos de par en par —¿Vas a compartir habitación con el inepto de mi hermano? —¿Tú no eres mi compañero? — le respondo con otra pregunta —No — dice secamente —¿Y tu hermano? —No está Ya me di cuenta genio. —Regresa el lunes —Oh, está bien— digo tirándome en la cama vacía, próximamente mía — ¿Y cuántos años tienes? —18 ¿y tú? —19 — ¿Cómo se llama tu hermano? — pregunto para tratar de sacar información sobre mi nuevo compañero —Beck— bufa— Pero... no perdamos el tiempo hablando de él, como dicen por ahí el tiempo es oro— dice guiñándome un ojo ¿Soy yo y mi mente pervertida o este tipo se me esta insinuando? —¿A qué te refieres? — pregunto haciéndome la inocente Jeff se acerca a mi cama y se sienta a mi lado mirándome directamente a los ojos. —Oye— digo parándome rápidamente de la cama—mira cómo pasa el tiempo, ya es tarde, las brujas y los centauros comienzan a salir así que es mejor que te vayas— digo rápidamente mientras abro la puerta de la habitación para que salga —Nos veremos pronto— dice pasando su dedo índice por mi mejilla y acto seguido desapareciendo por la puerta ¿Y supuestamente el inepto es su hermano? «Tarado» pienso y ruedo los ojos. • • • A la mañana siguiente o mejor dicho a la tarde siguiente, ya que me desperté a las 12:38 pm, salí de mi cama y me puse a arreglar mi maleta. Puse mis libros en un estante libre que había encima de mi cama. Toda la saga de hush hush, Harry Potter, obviamente toda la saga de 50 sombras de Grey, entre otros libros. Después tomé un baño, me puse un jean roto en las rodillas, un suéter de lana color carmesí, unas botas cafés con un poco de tacón y un gorro de lana del mismo color que el suéter. ¿Y ahora qué hago? Suelto un suspiro, decido salir a conocer el internado y a comer algo. Muero de hambre. Cojo mis llaves y salgo de la habitación. Hay un montón de chicos en el pasillo que comienzan a susurrar algo sobre mí, seguramente. Ruedo los ojos internamente, están peor que las chicas definitivamente. El internado es bonito, hay muchas zonas verdes, chicos y chicas riendo, hablando o jugando. En fin, es bonito. De repente, siento que algo golpea mi cabeza y caigo al suelo. Auch, eso dolió. —Disculpa ¿Estas bien? — dice una chica de ojos verdes, pelo rojizo, mejillas rosadas y pequeñas pero tiernas pecas cubriendo su cara —Sí, estoy bien— digo cogiendo la mano que ella me extiende para ayudarme a parar. —Summer— dice sonriendo —Alice— digo devolviéndole la sonrisa —¿Quieres jugar? — dice recogiendo el Frisby que me pego en la cabeza —Tal vez después— digo haciendo una mueca—¿Me podrías decir donde está la cafetería? —Claro, sigues derecho y giras a la izquierda —Gracias— digo y me despido de ella con una sonrisa • • • Después de arrasar con casi toda la cafetería pensé en ir a la casa de mis padres. Saco mi teléfono y marco el número de mamá. Al cuarto timbre contesta. —Cariño ¿cómo has estado? — dice alegremente —Bien mamá, me preguntaba si puedo ir —Claro, esta también es tu casa después de todo— dice riendo sin gracia —¿Pasa algo? —No, para nada —La dirección es... — digo esperando a que me la diga -Robert Watson, calle 13-09 casa 453. Te espero aquí, cariño- dice y cuelga Okay, eso fue raro. Empaco un par de cosas en un bolso, ya que planeo quedarme allá y no en el internado todo el fin de semana. Salgo por el mismo lugar que entre ayer. —Buenos días, señorita Grey —Buenos días— digo sonriéndole forzadamente a María, la secretaria —Te la pasaré esta vez, porque creo que no te lo dije. Los estudiantes no pueden salir sin permiso deben tener una carta o nosotros tenemos que hablar con sus padres — dice en un tono muy profesional —Ohh, pero me están esperando— digo señalando hacia la parte de afuera del internado —No hay problema, solo por esta vez— me advierte —Gracias, hasta luego— digo y salgo Espero un taxi y le doy la dirección al taxista. Me mira sorprendido, pero no dice nada, solo se dirige hacia mi destino. Abro los ojos como platos cuando llego a donde indica la dirección. ¿Pero cómo es posible que...?
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