Salté ante la oportunidad de llevarle comida a Amber. Aunque no esperaba que el chico en su puerta fuera un hombre lobo. Pensé que ella no sabía nada de eso. No había recibido el enlace mental sobre ella sin saberlo y no alarmarse, estaba fuera de alcance en ese momento, pero mis padres me pusieron al tanto cuando llegué a casa. No dejaba de pensar en el libro que había visto en la mesa de café de Amber. En ese momento me gustó que disfrutara de la lectura, yo también. Sin embargo, ahora al pensarlo, no pude evitar reírme para mis adentros, estaba leyendo un libro sobre lobos, es gracioso si lo piensas. Le había dado mi número, esperando que me llamara, pero aún no lo había hecho. Me encontré deseando haber obtenido su número también. Quería la oportunidad de conocerla mejor, tratar de e

