AMBAR
Me quedé mirando las palabras en el papel en silencio. Finalmente, comenzaron a calar. ¡ESPERA! Me volteé hacia Becky.
—LOS HOMBRES LOBO EXISTEN —dije, levantando la voz y un poco agudo —. No respondas a eso —dije antes de que ella pudiera contestar.
No sabía qué pensar. Según esta carta, no solo los hombres lobo son reales, sino que también muchas otras cosas. El tipo de monstruos en los que crecí creyendo que solo existían en libros de cuentos y pesadillas. Además, también tendría que aceptar que yo también soy uno de estos monstruos. ¿Cómo puede ser todo eso real? Pero tenía que serlo. Mary no tenía motivos para mentir sobre nada de esto. ¡Mierda! ¡Soy un maldito hombre lobo! ¿Cómo se supone que me sienta acerca de todo esto? Me pone triste que haya pensado por un momento que
