Ahora pedalea.

1969 Words

Sebastián. Tragué saliva con fuerza. Me dolía oírla, me dolía saber que mi hija había tenido que crecer tan rápido. Que aprendiera a leer el abandono tan joven. —No te sientas mal, papá. Tú trabajabas para darnos todo. Eres el mejor papá del mundo, no tienes la culpa de nada. Y ahora... —sus ojos brillaron con esperanza—, tenemos a Renata. Ella sí nos abraza cuando nos caemos. Nos prepara deliciosas comidas. Y te mira como si fueras su héroe. Suspiró, tomando una pausa y siguió hablando. —Ella no es nuestra mamá —continuó bajito—, pero nos hace sentir como si lo fuera. Por eso hice todo esto, papá. Porque si tú te enamoras de ella y ella de ti, si se quieren de verdad… entonces tal vez podamos tener una familia otra vez. No perfecta, pero es de verdad. Me llevé una mano al rostro, o

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD