Renata
Me desperté con la alarma, cuando me levanté, Sebastián ya se había levantado y estaba en la cocina, lo supe por el aroma de café que invadió la casa.
Ese día no era cualquier día. Era la entrevista. La del colegio, donde siempre había querido trabajar. Donde imaginaba dar clases desde que salí de la universidad. Ese colegio que parecía sacado de una película con pasillos llenos de murales, laboratorios bien equipados y alumnos que no tiraban el pupitre por diversión.
Mientras me vestía, repetía mentalmente todo lo que iba a decir, aunque sabía que al final improvisaría. Siempre lo hacía. Pero esa mañana algo en mi pecho pesaba.
Pensaba en Sebastián, en las niñas, en todo lo que estábamos enfrentando. Y aún así… había una esperanza fuerte, una voz interior que decía: no te rind
