Nunca las voy a dejar.

1277 Words

Valeria.  Estábamos todos abrazados. Papá, Renata, mis hermanitas y yo, apretaditos, como si el mundo no pudiera hacernos daño así. Sentía el corazón tan hinchado de felicidad que creí que se me iba a salir por la boca. Abracé a mi familia con todas mis fuerzas, escondiendo la cara en el hombro de papá para que no vieran mis lágrimas. "Gracias, Dios", pensé mirando al techo como si pudiera ver el cielo. "Por fin seremos felices". Renata nos apretó a las tres contra su pecho, oliendo a vainilla y a ese perfume especial que usaba los domingos. Hay momentos en que quisiera guardar en un frasquito el perfume, ese olor característico de mamá Renata, y sacarlos cuando el día esté feo. Este era uno de esos. Cerré los ojos por un momento y, en silencio, lancé una oración al cielo. "Por f

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD