Capitulo 5

1298 Words
Aparece Ricardo quien la mira, detalla todo de la morena y Agustina no le quita la mirada de encima, Isabella observa con odio a Agustina y Ana, la primera por mirar lascivamente a Ricardo y la segunda por captar su atención. -Ustedes harían una excelente pareja...-afirma Daniel mirando a Ricardo y Agustina. Ricard no hace ningún gesto pero a la mujer el entusiasma la idea - Me gustaría tener otro sobrino -Mira a Camila. -Ana me acompañas un momento hay algo que quiero contarte. -Camila toma a Ana y se retiran. -Cuéntame - Ana mira interrogativa a su amiga, cuando ya están solas. -Es sobre la intimidad, Alfonzo y yo...-se lo piensa en decirlo. -No han podido -su gesto es de sorpresa - ¿Quién es del problema tú o él?. -No se, creó que él. -Como pareja deben buscar la manera de solucionarlo. Hablan un momento más de ellas y vuelven con los demás, Agustina interroga a Ana pero ella no cuenta más que lo profesional y esquiva los temas de su vida personal, recibe una llamada. -Perdón voy a contestar -todos asienten y Ricardo la sigue con la mirada - Hola Mateo, si te escucho -ríe -No, no te preocupes, no interrumpes nada, dime...me encantaría. Ricardo se siente exasperado al no poder hacer nada pues se limitan a hablarle y él quiere saber quien es ese Mateo.  Ana termina de hablar por teléfono y se une de nuevo a la conversación, Ricardo la mira, observa con detenimiento cada detalle de ella, cómo se sienta como toma la copa la cantidad de veces que humedece sus labios, sus risas y cae en cuenta que una mujer tan simple como él la define es capaz de despertar en él lo que ninguna otra a podido, le gusta mucho como mujer le atrae, quiere conocer todo de ella, logra que él quiera ser mejor persona. Agustina e Isabella no dejan de lanzarle miradas lascivas a Ricardo, creen que él les pone atención pero todo él está con Ana, es la primer mujer que despierta en él eso, es más que aspirar a tener un buen orgasmo con ella, recuerda su beso él no besa no le gusta pero con ella si, es como si sus labios lo llamasen y le invitaran a más, jamás unos labios le habían inspirado más que sexo , siente como tiembla por ella. Pero es consciente que no es recíproco, por lo menos ella no le demuestra, se pregunta quien será Julián y Mateo, resopla. -Pasemos a la mesa -indica Camila. Se levantan los comensales y como siempre Ana va tras de todos, no se percata cuando Ricardo se acerca a ella, y le da un beso en la mejilla, inmediatamente se pone colorada y siente como su corazón se acelera. Ricardo y Ana quedan sentados uno frente al otro, con su mirada él le dice mucho a Ana pero ella se esfuerza en ignorarlo pues escuchó qué hay pretensiones de matrimonio entre él y Agustina, así como también lo vio con Isabella y toda ella se estremece de ira. Termina la cena y cada uno toma su camino, Ana espera su taxi y antes que pueda reaccionar siente como unas manos grandes y fuertes la toman de la cintura para llevarla a una camioneta, ella abre los ojos cuando ve que es Ricardo quien lo hizo pero también se tranquiliza. -¿Que quieres?. -Llevarte a tu casa, no voy a dejar que vallas en un taxi a estas horas y sola. -Le sonríe a la morena. -No, lleva a Isabella o Agustina a mí no. -Te llevó a ti porque quiero y punto. ¿A caso estas celosa? -la mira inquisitivo. -Que terco, anda pues llévame pero antes debemos pasar por el pueblo. ¿Por qué estaría celosa si no tenemos nada?. -Puntualiza. -Como quieras preciosa, -besa su mejilla. -¿Que vas a comprar ahí?. -Pañales para mi hijo -Ricardo frunce el ceño, ella sonríe con gracia - es un bebé precioso y mi esposo me espera. -¿Eres casada y con hijos? - ella se muerde el labio, Ricardo la mira fascinado. -No, pero quería ver tu cara, ¿de verdad te interesó?. Vi como toda la noche me observabas, no somos unos niños anda dime qué quieres de mi - él sonríe. -Conocerte, aprender de ti vivir este momento, Ana yo no le prometo nada a nadie, soy un desastre y lo haz visto, pero quiero saber de ti y saber si funcionaria. No te puedo prometer una relación y menos casarnos o tener hijos, no puedo y no creo querer. -ella frunce el ceño. -¿Me quieres llevar a la cama? ¿Tanta cosa para llevarme a la cama? - él suspira y responde. -No, yo quiero algo más pero no una relación como la que creo buscas, ANA vivamos el aquí y el ahora luego vemos si esto da para más. -Ricardo te ofrezco mi amistad, no estoy y no quiero una relación y perdóname pero tampoco quiero algo de una noche lo siento, pero sácame de tu lista. Llévame al pueblo por favor. -Bueno, prometo intentar no tocar el tema. Amigos -pone su mano en señal de tregua, ella la toma y sonríen débilmente. Al llegar al pueblo Ana compra en una droguería un medicamento y se reúne de nuevo con él, Dionisio la mira sin entender y ella le explica. -Son ansiolíticos desde que enviude no he podido dormir una noche sin ellos y ahí días que no se que haría sin ellos, me duele aún haberlo perdido a él y a mis hijos. Ricardo la mira sin entender y la abraza. -No lo sabía, perdona mi imprudencia ¿ósea que no tienes familia?. -Supones bien, mi esposo e hijos fallecieron en un accidente hace 6 años y desde ahí mi vida no ha sido la misma en ningún sentido, a veces me culpo, creo que si yo los hubiera llevado al colegio las cosas podrían haber sido diferentes. -No te culpes preciosa, los accidentes pasan y sabes puedes contar conmigo de manera incondicional, permíteme acercarme a tu mundo...como amigos. -Gracias Ricardo tus palabras son muy importantes y me tranquilizan, - lo abraza sin que él lo espere y llora en sus brazos - hoy necesito más que nunca tu amistad. -Cuenta conmigo bonita yo voy a apoyarte, ¿vamos a tu casa o la mía si quieres?. -La mía, vamos gracias. Al llegar a la casa de Ana, es una casa sencilla pero acogedora, observa las fotografías de los hijos de la muchacha y ella le cuenta su historia por algún motivo no se reserva los detalles del declive de su matrimonio, Ricardo la abraza y acaricia su cabello, luego de llorar ella duerme profundamente aferrada a él, Ricardo la acuesta en su cama haciendo un esfuerzo cuando le pone la pijama, observa su cuerpo en lencería y se estremece, decide pensar en cuando su ganado da a luz las crías para evitar excitarse y quebrar la confianza de la morena, duerme con ella hasta la madrugada y se va muy temprano dejándole el desayuno hecho y una nota de aliento. Cuando la morena se despierta se sorprende al encontrar la pequeña sorpresa, sonríe hace mucho nadie la mimaba, mientras desayuna le envía un mensaje a Ricardo. "Gracias por todo eres un caballero, me gustaría que nos viéramos para conocernos más como dijiste avísame" -Ana. Viernes 07:20 am. Ricardo al ver el mensaje sonríe y le responde: "¿Te parece hoy? .Conozco un restaurante maravilloso ¿Qué dices preciosa? Sonríe más, ¡eres más bonita cuando lo haces!" viernes 07:21. Intercambian un par de mensajes más antes de ir cada uno a su trabajo, ambos suspiran y sonríen. Continuará...
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