Solange tenía el cuerpo revuelto en furia, jamás pensó en su vida que podría alguna vez golpear a dos hombres ella misma al mismo tiempo. Aunque si ponía las cosas en retrospectiva había agradecido que los dos fueran lo suficientemente caballeros por dejar que ella se desquitara con ellos. Era lo mínimo que podían hacer luego de haber pasado el último año en el infierno. Estaba por tomar el taxi afuera del centro comercial cuando una mano se apoyó en su hombro. Volteó hacia su espalda para toparse de frente con el rostro arañado de Luka. Su esposo había hecho un enorme esfuerzo por levantarse e ir tras de ella luego de la patada que le propinó en la entrepierna ¿Es que acaso no la dejaría en paz? — No vas a ir a ningún lado —dijo Luka jadeando y moviéndose incómodo— Ahora sí creo que h

