Arthur el padre de Evan estaba en el jardín con los niños, y ella solo podía mirarlos por el balcón de su cuarto. Iba muy seguido a jugar con ellos, y a llevar regalos, y ella lo agradecía, porque casi no podía hacerlo, y menos ahora que estaba a días del parto. Miró su teléfono una vez más, era bastante tarde, y Evan no había llegado aún, tal vez debía salir y acostar a los niños. Dijo que llegaría un poco tarde, pero ya había pasado bastante, Arthur debía estar cansado, era tarde y tenía bastantes horas jugando con los niños, había decidido que esperaría a Evan, y dejó que la niñera se fuera. - Niños es hora de acostarse - gritó desde el balcón - despídanse del abuelo y ahora bajo por ustedes. - No te preocupes querida, yo los llevo arriba - dijo Arthur amablemente . Ella agradeció

