Entró sin decir nada, porque las palabras de Evan la habían conmovido mucho, incluso derramó unas cuantas lágrimas, nunca había escuchado unas palabras tan lindas. La casa estaba perfectamente decorada a su gusto, era justo como si ella hubiera elegido el color de las paredes, los muebles del salón, todo era perfecto. Recorría la casa maravillada, y los niños estaban pegados a ella, no entedian bien que hacían ahí. - La mejor parte son las habitaciones, vamos - le dijo Evan sacándola de la lavanderia. - Aquí nada está mal, compraste la última tecnología en todo. - Pero lo de arriba lo hice para seducir a los chicos, que se enamoren de esta casa. - Está bien vamos - dijo ella sonriendo. Subieron y lo primero evidente era una sala de televisión, con una pantalla enorme, y al parecer un

