Salieron del consultorio y estaban en medio de una gran discusión, mientras caminaban al auto. - Me siento bien, quiero ir a casa- dijo ella- no necesito la transfusión urgente, puedo esperar un poco a que se pueda tomar el ADN. - Claro que no - dijo él molesto - escuchaste a la doctora, tu oxigenación es baja, y tú frecuencia cardíaca elevada, por eso te mareas y estás cansada, necesitas esa sangre. - No voy a hospitalizarme en mi primer día de trabajo. ¿Que pensarán los demás? - Eso no importa, eres la novia del jefe, que piensen lo que quieran. - No soy tu novia - refunfuño ella. - ¿Y no quieres ser la novia del jefe? - dijo él tomándola de pronto por la cintura y girandola hacia él. - El jefe estaría encantado- dijo él en un susurro, acercándose a ella de forma tan lenta que la p

