Condujo cerca de una hora hasta ese estúpido y horrible motel y aparco cerca de unos árboles. Se miró en el espejo retrovisor y lucía hermosa como siempre. Buscó unas gafas oscuras en su bolso y se puso una gorra antes de salir del auto. En realidad odiaba las gorras, pero era necesario, aunque se hubiera puesto ropa deportiva, no dejaba de ser llamativa. Llegó a la habitación que se le indico, y tocó dos veces rápidas y dejo pasar unos segundos antes de tocar una vez más.
- Por fin llegas - le dijo él sujeto - eres todavía más hermosa que por teléfono.
- Lo sé, y espero que tengas ganas de hacerme todo eso que dijiste por mensaje, por qué estoy de mal humor - dijo Ashley sacandose la gorra y mirando con molestia a su interlocutor.
- Claro que sí nena, estamos ocupados, pero siempre hay
