En medio del bosque, sentado frente a la fogata que el alfa líder había hecho para cocinar la cena de ambos, Andy alzó la mirada de su cuaderno al percibir ruido y observó a su alrededor. Aunque no tenía mucho miedo, ya que confiaba en que Drake se mantendría lo suficientemente cerca como para ayudarle en caso de que un animal salvaje apareciera, aun así prefería mantenerse alerta. Al contemplar una ardilla aparecer, el pequeño humano exhaló y volvió su mirada hacia su cuaderno, anotando la información que había descubierto en ese día. Congelándose en su lugar, un profundo ceño fruncido se formó en el rostro de Andy ante su pensamiento. Y es que, ¿en qué momento había comenzado a confiar en Drake a tal punto de estar seguro de que el hombre lobo correría en su auxilio? La repentina du

