Génova Sin importar lo que había hecho, Eliot se sentía seguro de que lograría algo en el reino, así que decidió visitar el palacio y verse con la hermana menor de Alessia. —Buenas tardes, solicitó hablar con el rey—dijo el de una manera muy arrogante. —Aquí estoy, puedes retirarte Michael—el señor Mintz apareció allí, con su esposa colgada de su brazo y su gran porte que los caracterizaban. —Buena tardes señor—se inclinó hacia el su respectiva reverencia. —Espero que me tengas novedades de mi hija. Porque esto me está colmando la paciencia. No se qué haz hecho tu. —Le seguro señor que he hecho lo que más e podido, estoy haciendo todo lo posible para encontrarla—decía con cara molesta Eliot, y eso fue lo que el rey había leído sin duda. —s lo menos que me merezco, luego de dart

