5: El Retorno de la Princesa Oculta

1684 Words
Shana. Contemplo la elegante invitación de boda de los mejores amigos de mis hermanos adoptivos. Hoy, por fin, se celebrará la ceremonia. Siento una mezcla de emoción y pánico. Emoción porque, tras un año de exilio autoimpuesto, volveré a verlos, y también porque conoceré a Emely, mi bailarina favorita desde que vi su primer video. Pero el pánico es ineludible: sé muy bien que mis hermanos asistirán como padrinos e invitados de honor. Por esa razón, he diseñado un plan minucioso para no perderme este evento tan importante. Hace poco adquirí una elaborada peluca de cabellos rojizos y lentes de contacto de un azul penetrante, buscando crear una identidad completamente nueva. Es un plan excelente: mis hermanos no me reconocerán en absoluto. Aun así, mi objetivo principal será mantenerme lo más lejos posible de ellos. —Parece una estúpida... y me encanta —murmuro al mirarme en el espejo. Mi disfraz está listo. Definitivamente parezco otra persona, una mujer ajena a la Dinastía Al-Ebrahimi. No podía hacer nada más. Aún no es el momento para que mis hermanos vuelvan a mirarme con esa familiaridad de antes. Durante este año lejos de Dubái, me he mantenido oculta. Mis padres me han ayudado a mantener el sigilo. Para evitar dejar rastros, no me hospedo en ninguno de los hoteles de la familia. Si mis hermanos encontraran mi nombre en los registros, me localizarían en cuestión de horas. Por lo tanto, he estado viviendo en un pequeño, aunque lujoso, departamento arrendado. —Las cosas que tengo que hacer por culpa de esos tres tontos —digo, tomando mi bolso de mano. Este será mi hogar solo por una noche más. Regresaré a Italia mañana mismo. No puedo permitirme permanecer más tiempo en Estados Unidos, ya que mis estudios me exigen volver. Además, el riesgo de encontrarme con ellos fuera de la boda es demasiado alto. Hasta que yo decida lo contrario, ninguno de los tres merece el honor de volver a ver mi presencia. Ellos rompieron la promesa silenciosa de mi corazón; ahora yo manejaré los tiempos. Tomé un taxi hasta el lugar de la boda, que se celebra en la impresionante residencia de los padres de mis amigos. Es una boda invernal, con todo el jardín cubierto por una fina capa de nieve y una decoración simplemente mágica. Mi atuendo consiste en un largo vestido de seda color rosa pálido, acompañado de tacones del mismo tono, cuyos bordes brillan con diamantes auténticos. Un abrigo de piel sintética, joyas discretas, y, por supuesto, mi peluca rojiza y mis ojos azules completan la metamorfosis. Es un lujo extravagante y cuidadosamente orquestado para ocultar mi identidad. Este año lejos de mis hermanos fue un punto de inflexión. Tomé la decisión de aceptar por completo la vida que me pertenece: una vida de lujos, gastos sin restricciones, marcas exclusivas y, lamentablemente, la aceptación de personas que se acercan solo por interés o se alejan por envidia. Soy una princesa, y es hora de demostrarlo. Me he convertido en una Shana diferente, más fría y consciente de mi valor. —Tenga, quédese con el cambio —Le entrego un billete de alto valor al taxista. Él no alcanza a articular palabra, ya que salgo rápidamente. El lugar es espectacular. Nunca había estado en esta casa y la decoración es maravillosa. Hay varios autos aparcados. En la entrada, varios guardias solicitan las invitaciones. Muestro la mía, y de paso, pregunto dónde se encuentran los novios. —¡Dean, Dennis y Darren! —exclamo feliz al llegar a la habitación donde esperan la hora de la ceremonia. —Oh, pero si es la pequeña Shana —dice Darren al verme, acercándose para abrazarme. —Shhh, no quiero que nadie sepa que estoy aquí —Los abrazo con fuerza, sintiendo el calor de esa amistad que no se ha roto. —Tranquila, tus hermanos aún no han llegado —Dean besa mi frente—. Es un placer verte aquí. Gracias por haber venido, sabiendo los riesgos. —No me lo iba a perder. Ustedes son mis amigos, tanto como lo son de mis hermanos. Además, no perdería la oportunidad de conocer a Emely. —Conocer a Emely es lo más importante —Dennis se acerca, examinando mi atuendo—. Realmente pareces otra persona. No te habríamos reconocido si no nos hubieras avisado de este disfraz. —Es incómodo estar vestida de esta manera. Esta no soy yo, y solo espero que ninguno de mis hermanos se dé cuenta. —Tranquila, te mantendremos lejos —Dean acaricia mi mejilla—. Vamos, te llevaremos a la habitación donde se encuentra Emely. Los hermanos Morrison me guían hasta la habitación donde Emely está tomándose fotos con los invitados. Ellos se quedan afuera, ya que no pueden ver a la novia antes de la boda. —Hola —Emely se levanta de su asiento con una sonrisa radiante—. Tú debes ser Shana, la amiga de mis prometidos. Debo estar mirándola como una tonta, porque es como una diosa. Mucho más hermosa que en los videos y fotos. —En... en realidad soy hermana de sus verdaderos amigos. Bueno, hermana adoptiva —Me acerco—. Estás hermosísima. De verdad, te admiro muchísimo. Ella se acerca con una sonrisa comprensiva, toma mis manos y las acaricia. —Yo quería conocerte. He escuchado mucho de ti, y también sobre tus hermanos. Y por cómo estás vestida, intuyo que ahora no estás en buenos términos con ellos. Respiro hondo. —Así es. He estado muy molesta con ellos durante casi un año. —Parece que necesitas desahogarte —Emely mira a las otras chicas en la habitación—. ¿Nos pueden dejar un momento a solas? —Todas asienten con una sonrisa y nos dejan solas—. Muy bien, linda. Dime qué te preocupa. Miro mis manos, nerviosa. —Yo amo a mis hermanos adoptivos. Me di cuenta de mis sentimientos hace años, cuando tuve conciencia de lo que era el amor romántico. Pero, viniendo ellos de una cultura completamente diferente, sé que nunca nos permitirán estar juntos en una relación amorosa. Yo crecí con ellos; solo me ven como su pequeña hermana menor. Odio que sea así. Odio no ser la mujer que ellos desean en sus vidas. —¿Y ellos saben de ese lindo sentimiento que tienes? —Me muerdo el labio y niego con la cabeza. —Shana, la vida me trajo tres hombres maravillosos sin que yo los pidiera, y me han demostrado que no conseguirás nada si no eres valiente. Sé que no es exactamente el mismo caso, pero mis prometidos nunca tuvieron en mente tener este tipo de relación poliamorosa con la misma mujer, aunque sus padres son polígamos. Y ahora, míranos. Dentro de unos minutos nos casaremos y formaremos una familia. Yo no oculté mis sentimientos hacia ellos, y ellos me revelaron los suyos. —Es admirable, pero no sé si ellos sienten lo mismo por mí. —Solo tienes que observar los gestos, las acciones, las miradas y las palabras que te dirigen. Cuando te des cuenta de si te hablan como mujer o como hermana, ahí sabrás sus verdaderos sentimientos. El trato es radicalmente diferente. —Tienes razón. Así no cometo el error de decirles que estoy enamorada de ellos. —Exactamente. Y así podrás vengarte un poco por esa molestia que te hicieron pasar. A los hombres les gusta que los castiguen —Me guiña un ojo con picardía. —Eres increíble. Honestamente, quería hablar de esto contigo porque estás enamorada de tres hombres y sabes cómo lidiar con ellos. —Es difícil, pero luego te vuelves profesional en el tema —ríe, y su alegría me contagia. •:•.•:•.•:•:•:•:•:•:•:•☾☼☽•:•.•:•.•:•:•:•:•:•:•:• La ceremonia ha concluido. Ahora, todos estamos en la sala de fiesta de esta hermosa mansión. Durante la ceremonia, pude ver a mis hermanos: tan gloriosos y poderosos como siempre, inmersos en sus roles de hombres de negocios millonarios. Mi disfraz cumplió su objetivo; ninguno me reconoció, y mucho menos me dedicaron una mirada prolongada. O eso creía. —¿Vieron a la chica pelirroja? —Me detuve en seco para escuchar la voz de Ikram, que provenía de un pasillo cercano—. Se me hizo muy parecida a alguien, pero no logro recordar a quién. —Sí, también la vi —respondió Saalim—. Pero traté de no mirarla demasiado. No quería parecer un psicópata pervertido. Ikram ríe. —Sí, pensé lo mismo. Se escuchan pisadas que se alejan. Salgo de mi escondite y observo a los tres hombres regresar a sus puestos en el salón. Esos jodidos hombres causan estragos en todo mi ser. Son tan imponentes, atractivos y poseen un físico espectacular. El año de mi ausencia les ha sentado bien; han estado haciendo más ejercicio, y se nota en la definición de sus cuerpos. Sus hombros se han ensanchado, sus trajes se ajustan a la perfección. Dios, qué grandes están. Muerdo mi labio, un acto involuntario de deseo. —Oh, por todos los cielos —Me doy cuenta de mis pensamientos inoportunos—. Ya es hora de irme. Doy la vuelta y me encuentro a Emely, con sus ahora esposos, mirándome con una sonrisa. —¿Ya te vas, linda? —Se acerca con pasos lentos. —Sí. Tengo que regresar al departamento temprano, ya que me iré muy de mañana. —Muy bien, que tengas un buen vuelo —Me abraza, pero antes de soltarme, susurra en mi oído—. No sigas huyendo, Shana. No es lindo hacerlo. Me sonríe y se dirige al salón. Sus palabras hacen eco en mi cabeza. Ella tiene razón. Ya no debería seguir huyendo de mi deseo ni de la verdad. Es hora de dejar el exilio e intentar obtener lo que quiero.
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