Local Cupcake. Por internet... Conocí en un chat a una chica divertida, que me sacó del aburrimiento, del tedioso trabajo de esa tarde calurosa de verano. Nuestra conversación fue de lo más sencilla y simple. ¿Cuántos años tienes? ¿A qué te dedicas? Y, ¿Cuál es tu hobby? Yo le conté mi edad. Tengo 30 años y ella 23. —Trabajo en un cyber-café, me encargo del control de los ordenadores —me comenta Karina, así se llama ella. Empezamos bien, ya tenemos algo en común, yo también trabajo en el mundo de la informática, me encanta. —¡Que bueno! —respondí con emoción. Así estuvimos un cierto tiempo, charlando, conociéndonos y protestando por el calor sofocante que hacía estos días. Hasta que entramos en conversaciones más intimas... —¿Estas casado? —Sí, ¿y tú? —No, y ahora mismo estoy

