IANKOOK
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Toda la ducha rezongando con el tema del maldito condón que olvidé. Bueno, olvidamos, porque ella no se acordó tampoco. No suelo olvidarme jamás, estas calenturas con Kali me desquician.
—¡Yaaaaa! Pasaremos por una farmacia y asunto terminado.
—No es solo eso... —Me mira asustada.
—¡Kali por favor! —Me río—. Te comí la cola el otro día sin condón, tu boca estuvo aquí y la mía ahí. Si no estuviéramos sanos ya estaríamos enfermos. ¿Tú eres sana? —Asiente— ¿Alguna vez tuviste sexo con alguien, que no sea yo, sin cuidarte? —Niega—. Yo tampoco y confía en mí, como yo confío en lo que me dices.
—Está bien... —Me responde, abrochando mi overol en su cuerpo, al final me lo ganó.
—Ahora, eso sí, pasaremos por una farmacia a comprar el dichoso anticonceptivo de emergencia, yo de
