Henrique estacionó en el aparcamiento del centro comercial, antes de salir respiró hondo. Definitivamente no le gustaban esos sitios, no era su estilo, mientras que ese lugar estaba lleno de hombres engominados con trajes o ropa que él consideraba extraña y fantasiosa, él llevaba puesta la ropa que le gustaba: camisa, jeans y botas. Solo cuando miró a Nina se dio cuenta de que ella podía sentirse incómoda con su manera de vestir, sabía que la sociedad era prejuiciosa, la barba grande y el cabello largo no ayudaban, parecía un leñador, rústico y solitario, y eso era exactamente lo que era. —Nina, ¿te sentirás incómoda al caminar conmigo a tu lado? Sé que no fui tu elección. Ella le dio una sonrisa genuina. —Me encantará caminar de la mano contigo, nunca he vivido eso, es como un plan de

