1

4994 Words
—¿Por que tenés esa cara?— Aron indaga. Sophia infla su pecho, él cual sube y baja a un ritmo poco convencional. Su hermano la mira y se acerca a ella tomándola de las mejillas, para poder ayudarla con su respiración y que pueda mantener la calma, gracias a su don. —No pasa nada.— Responde poniéndose un mechón rebelde detrás de su oreja. —¡Ey, soph, ¿Qué sucede?!— Vuelve a preguntar ahora un poco más angustiado por darse cuenta de que ella está muy asustada. —Lo lamento, Aron... De verdad yo lo lamento mucho... No tendría que haber dejado que pasará.— Explica relamiendo sus labios y bajando la mirada. Realmente se encontraba responsable de lo que había sucedido y absolutamente ofuscada hasta el punto de sentir una opresión en su pecho que le dificulta respirar y hablar. —Es... Luna...— Logra regular su respiración y se sujeta de los hombros de Aron, quién al escuchar el nombre de su alma gemela se queda perplejo con sus ojos abiertos por completo. —¿Qué pasa con ella?— La mira arrugando su entrecejo. Pero en ningún momento esa mirada es de desprecio para con su hermana sino que todo lo contrario es de contención para poder ayudarla al saber que verdaderamente se siente culpable y mal por una situación que él todavía no entiende porque desconoce. —Luna... Expuso a papá frente al consejo con los dioses.— La saliva se le va de su garganta al igual que siente que la sangre poco a poco se le está haciendo de su sistema al escucharme locura que hizo su alma gemela. —¿Que?— Tuerce su cejas... Al escuchar a su hermana menor hablar. Sophia asiente con la cabeza mientras que las lágrimas no pueden dejar decaer por sus mejillas... —Ella.— Llora y no puede contener las lágrimas por más esfuerzo que hace para limpiar las mismas continuamente. —Tranquila.— Pide acariciando su espalda. —Solo intentaba protegerme.— Niega con la cabeza y se sienta en el suelo contra la puerta del placard. —¡Así es Luna!— Sonríe melancólico. —Tenés que ir con ella, Aron... Lo... Lo lamento...— Vuelve a llorar haciendo un leve puchero con sus labios al no encontrar consuelo para lo que acaba de ocurrir... Él besa su frente tomándola de las mejillas. —Tranquila...— Sonríe para darle calma. —Todo estará bien.— Miente esperando que la rubia le puede llegar a creer esas palabras... Pero Sophia no hace más que negar con la cabeza una y otra vez. —¡Es... Mí culpa!— Dice temblando y mirando aún sus manos ensangrentadas de su misma sangre gracias a las heridas que su padre le había generado como castigo por haberse negado a hacer un recado al infierno. —No lo es.— Asegura firme. —Lo... Lo... lamento.— Cierra los ojos echando su cabeza hacia atrás... —No... Sabes cuánto lo lamento, Aron.— titubea. Él sabía perfectamente que no había sido culpa de ella, incluso su padre siempre estaba involucrado en todo lo malo que sucedía tanto en el cielo como también en el infierno... Puede que para muchos humanos y mundanos el fuera prácticamente el amo todo poderoso y bueno de la tierra pero eso era una completa mentira que sólo unos pocos sabían de aquella verdad. —¡Sophia!— Eleva un poco el tono de voz y la obliga a que lo mire fijamente a sus ojos azules. —Uhmm.— Sube su vista nublada por las lágrimas. —Despreocúpate, está todo bien... No importa lo que haya sucedido... No estoy enojado con vos, estoy segura que ella hizo lo mismo que si estuviera en mi lugar porque sabe lo importante que vos sos para mí.— Traga saliva al explicarle de manera pausada que nada malo va a ocurrir. Aunque... Está asustado porque ya está empezando a sentir el temor que tiene su alma gemela y estar separado de ella lo está consumiendo por completo pero no puede tampoco dejar a su hermana así porque si. —Yo...— Niega con la cabeza. —Sé que no te va a gustar lo que te voy a decir, pero voy a ir a buscar a Thomas... Necesitas de él ahora mismo.— La mira serio mientras que ella niega con la cabeza asustada... —No...— Aprieta sus labios con temor. Aron suspira y pone sus manos en sus hombros, aún manteniéndose a su altura. —Lo lamento pero tengo que llamarlo.— Y eso hace al cerrar los ojos abriendo el link para con su amigo. "—Algo le pasó a Luna, necesito que vengas con Sophia, está herida.—" Muerde su labio inferior y mira a la rubia preocupado por la cantidad de olor a sangre que está sintiendo por parte de ella. —No lo hagas por favor...— Titubea sabiendo que aquello sólo acarreará problemas. Aron la mira con una tierna sonrisa en tus ojos intentando contener sus emociones y poder ayudarla para que ella se relaje y deje de estar tan tensa y preocupada. A decir verdad, era un trabajo doble, porque él también estaba completamente aterrado por lo que la estuviera pasando a su pareja pero también tenía que ocuparse de su hermana menor, no podía dejarla estar de esta manera. —Amor, necesito que te quedes acá, yo voy a ver a Luna y vuelvo... Tranquila por favor...— Le explica relamiendo sus labios. Intentando llamar a Thomas de cualquier manera posible, ambos podían comunicarse en sus mentes pero lo más probable es que él haya cerrado el link y estando tan lejos no lo pueda contactar con tanta facilidad... —¡¡No es necesario que él venga!!— Aprieta sus labios. —Necesitamos que él venga para curarte las heridas.— Explica obvio y con bastante paciencia. Ella vuelve a negar con la cabeza nerviosa, incluso sus manos comienzan a transpirar del sólo pensar que Thomas estaría frente a ella en cualquier instante. —No... No.— Traga saliva aterrada. Mueve sus manos de lado a lado intentando salir de aquella habitación inmediatamente. —Por favor te pido que te tranquilices...— Una oleada de tranquilidad la envuelve y le permite suspirar. Asintiendo levemente, subiendo sus rodillas a la altura de sus pechos y envolviendo sus brazos alrededor de las mismas para sentirse un poco más protegida y contenida. Aron siente una puntada en el pecho por dejarla allí sola, pero vuelve a depositar un beso en su frente y desaparece dejando una pequeña neblina grisacea que pronto desaparece. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¡¡¿Donde demonios está luna?!! ¡¡¿Qué le hiciste?!!— Toma a su padre de la solapas de su traje y lo estampa contra la pared. —¡Hijo, ya nos parecía raro que no estuvieras unido a la fiesta!— Él sonríe. —¡¡QUIERO QUE SEA LA ÚLTIMA MALDITA VEZ QUE LA TOCAS!!— Y esta vez no habla de su alma gemela, sino que habla de su hermana. Pero el padre de Thomas y de su alma gemela, lo aleja con rapidez quitándole el aire y lanzandolo hacia la pared más alejada... Thomas hace acto de presencia elevando su brazo mientras que mira a su padre furioso, dejándolo a él sin poderes, haciendo que se asfixie con su propio aire. Dios lo mira divertido, y ahí es cuando el morocho fija sus ojos rojos... —Claramente ni siquiera estás en condiciones de amenazarnos ni pedirnos nada.— Le recuerda arqueando sus cejas. Mira a Aron quién jadea y se reincorpora mirando al padre del morocho en el suelo ya sin conocimiento... Y ahora el mismísimo Dios pasando por el mismo destino. Thomas frunce sus cejas al sentir el olor a la sangre de su hermana detrás de la puerta, es por eso que guía a Aron allí, mientras que él se sigue ocupando de dejarlos en los sillones inmovilizados y sentados al mismísimo Dios y al falso diablo que está ocupando su lugar, dado que la profecía indican que el verdadero diablo y amo de todo el infierno es Thomas. Simplemente todavía no encuentran él porque él se atrasó al nacer y es por eso que no pudo su ocupar su lugar desde el inicio de la creación... El grito desgarrador del rubio le hace llamar la atención girandose, aunque también su mente está en la pequeña Sophia, que está en su habitación intentando tranquilizarse y que sabe que no lo está logrando allá... Cómo sabe también de que sus heridas todavía están a flor de piel no muy bien. No pudo socorrerla e ir a ayudarla, porque tuvo primero para presentarse ante su padre y su suegro para dejar en claro la situación. Aron suelta unas palabras en balbuceos y vuelve a gritar, Thomas cuando está acercándose a la puerta escucha a su padre sonreír mientras que está recobrando el conocimiento... —Es demasiado tarde...— Él frunce sus cejas y abre aquella sonrisa. Thomas deja de verlo y se acerca hacia dónde está su amigo sentado de rodillas viendo como Luna había sido enviada al infinito. Aron estaba al borde de la puerta que daba al infinito, las cadenas que mantenían aquella trampa a salvo y lejos de las manos curiosas estaban en el suelo... La imagen del rubio era desgarradora... Y no era para menos, porque estaba presenciando la pérdida de la mitad de su vida, de la persona que estaba destinada a estar junto a él en toda la eternidad para poder sostenerse el uno al otro en cualquier adversidad. Estaba derrotado, cabizbajo y con la respiración agitada por no poder hacer más que lamentarse él no haber llegado antes para poder frenar lo que estaba ocurriendo con su alma gemela. Thomas traga saliva viendo que el aún mantenía la cabeza de su hermana entre sus manos... —Aron...— Lo llama con voz ronca. —Lo sé...— Susurra sin prestarle atención en un vago gesto desesperado por mirar hacia adelante con la mirada perdida claramente. Evidentemente habían particionado todo su cuerpo para que fuera más difícil para ellos encontrarlo... El morocho sabía que sí esa cabeza no eran lanzadas de inmediato por esa misma puerta les iba a ser mucho más difícil conseguir que ella volviera en un futuro... —Tenés que lanzarla.— Ordena con voz ronca y fría. Aron lo mira con sus ojos colorados del llanto. —¡¡No lo voy a hacer!!— Demanda furioso. Thomás tuerce su entrecejo furioso al saber que no quiere acatar su orden. —¡¡Tenes que hacerlo!!— Grita haciéndole marcar su poder y su lugar ahora mismo. Por eso el rubio arquea su cejas y lo mira como si lo hubieran salido tres cabezas. —¡¡¡¿Estás loco?!!!— Cuestiona aun más molesto y elevando el tono de voz —¡¡Es Luna!!— Infla su pecho volviendo a llorar desconsolado... El morocho se mantiene parado y con sus puños apretados, su mandíbula apretada y los pies clavados en el suelo. —¡¡Sé perfectamente quién es y por eso te estoy diciendo que tenés que soltarla ahora mismo!!— Sisea con voz fuerte haciendo temblar la habitación. Aron niega con la cabeza. —¡No lo haré!— Tiembla comenzando a sentir los espasmos recorrer todo su cuerpo al saber que ella ya no estará nunca más a su lado. —¡¡Tenes que dejarla, Aron!!— Vuelve a ordenar. —¡¡No lo haré, maldita sea!!— Niega con la cabeza y besa la frente del cráneo tiene en sus manos. Sin importar que sus manos estuvieran completamente manchadas de su sangre, sangre que jamás podría volver a tomar... El olor lo está embriagando... Al borde de dejarlo en la locura... Es por eso que no puede ser objetivo, que no puede seguir las órdenes de Thomas... El morocho le quita la cabeza de las manos con brusquedad y la arroja inmediatamente hacia la puerta aún abierta del infinito, cerrando la misma con un solo movimiento de manos. Sellandola para que Aron no pueda siquiera intentar abrirla, los sucesos siguientes transcurren en tan poco tiempo qué a Aron le cuesta comprender lo que acaba de suceder al ver sus manos vacías pero aún rojas... Se abalanza violentamente hacia Thomas, quién lo toma del cuello golpeándolo contra la pared. —¡¿Qué carajos acabas de hacer!?— Grita queriéndolo matar y prácticamente arrancarle el corazón. —Lo arreglaré.— Sisea. —¡¿Que... Hiciste...?!— Balbucea, gracias a la poca falta de aire. Puede que él sea el mayor demonio de todo el infierno, pero nadie es más fuerte que Thomas... Y ahora se lo iba a demostrar a su padre... —¿No te das cuenta lo que está pasando?— Gruñe furioso al saber que ellos dos están escuchando su conversación y de están divirtiendo con su espectáculo. —¡Lanzaste lo único que me quedaba de ella, el que no se da cuenta de lo que está pasando sos vos!— Se queja furioso. Lo vuelve a golpear para que reaccione y dejé las lágrimas a un lado... —¡¡No podemos perder el tiempo con esto ahora!! ¡¡¡Ya la recuperaremos!!!— Ordena furioso. —¿Tiene que ser una maldita broma, verdad?— Exclama mirándolo con completo rencor. Thomas niega con la cabeza para mirarlo fijamente a los ojos con seriedad. —"Nos están escuchando, y Sophia está sola."— Le recuerda en su mente, sin que lo demás lo puedan escuchar. A ellos no les toma nada de tiempo dirigirse al cielo, al barrio en el cuál la rubia vive... Pero tienen que ser ágiles para salir de allí con las cabeza puestas, de lo contrario si se vuelven a enfrentar a ellos tendrán la posibilidad de terminar como luna y no es lo que prefieren ahora mismo... Al escuchar el nombre de su hermana algo hace clic dentro de la cabeza de él, cierra los ojos y siente que le agarré del morocho es mucho más débil... —"Necesito que vayas con ella, yo voy a matarlo."— demanda soltandolo. Su amigo se ríe con ironía llamando la atención. —"No lo vas a lograr sólo."— Thomas se ríe nuevamente chasqueando los dedos, de ellos salen chispas de fuego y una sonrisa lobuna se forma en su rostro. —"Me adelante e hice algunos cambios en el infierno, a diferencia de luna, él no podrá volver a existir jamás."— Alza su barbilla y Aron lo mira con temor de que pueda fallar. Todo el dolor que siente en su pecho le dificulta mantener la noción de lo que está ocurriendo su alrededor. Verdaderamente quiere gritar, patalear, llorar, golpear y prender fuego todo lo que tenga a su alrededor... Siente como el fuego va creciendo en su interior calando cada uno de sus huesos... Cómo si le estuvieran extirpando cada órgano, una y otra vez... —Veo que ya han descubierto el paradero de Luna...— Quién habla es el mismísimo Dios. Thomas se pone delante de Aron y eso le causa gracia a los grandes, sin embargo no le hace ninguna gracia al demonio mayor porque sabe que en cualquier momento los hará trizas con un solo movimiento de dedos. —¡¡Estás muerto maldito demente!!— Gruñe Aron. —Son nuestros hijos y si hay algo que no vamos a tolerar son las faltas de respeto y de educación hacia nosotros... Luna se comporto de una manera muy desafortunada... Y este fue su destino, si alguno de ustedes sigue sin querer aceptar su destino va a seguir sucediendo este tipo de acciones...— Aclara. Aron aprieta sus labios, mientras que Thomas mira de manera arrogante a su padre... —Por el momento solamente nos resta decir que están desterrados momentaneamente de todas las riquezas qué hay en el cielo y el infierno...— Suelta. Él morocho se ríe al escuchar las palabras de su padre... —¿Qué?— Aron tuerce sus cejas, pero Thomas sonríe. —¡Son unos jodidos locos desquiciados que creen que pueden manejarnos la vida, cuando no tienen idea del poder que nosotros tenemos!— Amenaza enfurecido con los dos. Ambos se miran con malicia sabiendo que aquella sería una clara objeción de uno de sus hijos. —Quizás de esta manera puedan entender quiénes mandan verdaderamente y cómo son las reglas que tienen que seguir, y de esta manera dejan de quejarse un poco.— Le hace una seña a su cuñado para que desaparezca y vaya a buscar a su hermana... —Nosotros nos vamos a ir, pero primero voy a saldar una cuenta.— Sonríe relamiendo sus labios, dejando con solo una mirada completamente sin conocimiento a Dios. Cerrando todas las puertas alrededor de ellos para que su padre no pueda correr a ningún lado y para que ninguno de los demonios pueda venir a socorrerlo... ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¿Aron, sos vos?— Lo mira arrugando su ceño, todavía no se puede reponer de los espasmos que sienten su cuerpo pero lo que peor la tiene es la angustia de saber que acaban de perder a luna por su culpa. Su hermano aparece fingiendo una sonrisa que claramente no llega a sus ojos, pero necesitaba asegurarse de que ella estaba bien porque De cualquier manera Thomas no lo dejaría quedarse allí. —Estoy aca.— Finge una sonrisa. —¿Qué sucede?— We levanta quitándose las lágrimas y abrazando a su hermano, quién la abraza y llora en su hombro, —Te lo explicaré más tarde.— Demanda intentando estar tranquilo. —Pero...— Traga saliva angustiada al saber que claramente las cosas van mal y probablemente vaya mucho peor de lo que ella estima. —Tranquila... Tenés una herida y lo que menos tenés que hacer es fuerza o preocuparte, vamos a resolver todo esto juntos.— Le deja en claro acariciando su cabello con ternura. Sophia asiente mordiendo su labio inferior para mirarlo directamente con sus ojos aguados en lágrimas. —Thomas no vino...— Sube sus hombros y lo mira preocupada por qué él no parece tener buena cara. —Lo se... Pero ahora tenemos algo más importante que hacer.— Le hace saber poniéndose de pie. —¿Qué tenemos que hacer ahora?— Indaga mirándolo con bastante preocupación, porque claramente no entiende una sola palabra de lo que su hermano le está queriendo decir. —¡¡Tenemos que irnos!!— Le dice alejándose y tomándola de las mejillas... —¿Irnos a dónde?— Niega con la cabeza aún todavía más confundida. Aron la copia en el mismo gesto —Tenemos que irnos inmediatamente, Sophia.— Ordena con su pecho agitado. Hace aparecer dos valijas de la nada y de las cuales las mismas están siendo llenadas con las pertenencias de ambos sin que nunca se termine de llenar gracias a un pequeño truco que aprendió hacer unos años a manos del morocho. —¿Que?— Frunce su frente. —Thomas nos espera, tenemos que llegar con el cuanto antes.— Le explica nervioso y molesto consigo mismo por no haber sido capaz el mismo de cobrar justicia por su alma gemela. —¿Que... Que sucede?— Vuelve a cuestionar asustada. Su labio tiembla y Aron le pasa una campera un poco más abrigada, para que ella pueda sentirse más acogida, gracias a que Thomas aún no pudo venir a verla. Él la toma de las mejillas y la relaja... Sophia sigue respirando con dificultad mientras que el siente que está a punto a de explotar de dolor. —Hay que irnos ahora, te lo vamos a explicar todo pero no es el momento justamente para explicar las cosas.— Pestañea y chasquea los dedos haciendo que las valijas desaparezcan. Sophia traga saliva y asiente temblorosa. Thomas aparece por la puerta de su habitación con su respiración agitada... Aron lo mira arqueando una ceja, se ve fatal, la ropa completamente desalineada y todo su rostro salpicado de sangre. —¿Qué carajos te pasó?— Indaga abriendo sus ojos al verlo tan desaliñado. Mientras que Sophia parpadea y traga saliva detrás de su hermano al observar Cómo luce Thomas. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —Te deje consciente para qué vieras lo que le hice.— Mira a Dios furioso. —Es un placer ver en lo que te has convertido.— Sonríe débilmente. —¡¡No vuelvas en tu miserable existencia a tocar a Sophia!!— Amenaza. Dios se ríe por dentro. Ya que no puede hacer ni un solo movimiento con su cuerpo gracias al bloqueo que Thomas está utilizando en él. Cuando hizo desaparecer a su padre, enviando pieza por pieza al infinito pero la diferencia era que había utilizado un hechizo sobre aquellos pedazos para que los mismos se desintegraron a medida que fueran tocando Las superficies de aquel lugar tan despreciable... Creando una pequeña particular de lugar específicamente para quien había sido su padre... —¿Por que?— Lo porfea. —¡¡Porque vas a conocer lo que es tener al diablo enfadado!!— Todo tiembla gracias a los cambios que están siguiendo en el infierno gracias a su nuevo líder. Los siete favoritos cayeron teniendo ahora los siete puestos vacantes para el, de lo que luego se va a ocupar. —"Que nunca se te olvide que tu deber es gobernar, y mi hija tiene que estar a tu lado, todo esto siempre fue por eso, querido."— Aclara. Thomas se ríe al escuchar aquellas palabras en su mente. —¡No te metas en su vida!— Sisea mirándolo con asco. —"Su legado estará intacto, pero es necesario a veces pasar por algunas circunstancias que los harán crecer, aceptarse como son y poder darse el placer de disfrutar todo lo que nos ofrece ser seres superiores gobernantes del propio universo, hace bastante tiempo que con tu padre habíamos tomado esta decisión y lamentablemente el día de hoy con la infracción que cometió tu hermana tuvimos que tomar este repentino castigo para ustedes."— Lo mira por última vez antes de retirarse hacia el cielo. Dónde sabe que su alma gemela lo necesita por más que no lo vaya a admitir. Se aparece inmediatamente en en el portal queda a las puertas del cielo y hacia el barrio en donde la rubia vive, traga saliva odiando aquel portal, no queriendo por nada del mundo tener que volver a pasarlo... Dado a que cada vez que él pasaba por allí, se le pedía que dijera una verdad aleatoria a la pregunta que se le estaba cuestionando... —¿Qué es a lo que más temes?— El morocho aprieta sus manos entre sí e infla su pecho. —Perder a Sophia.— Admite muy despacio casi inaudible. Las puertas se abren dejando ver uno de los barrios para reconocidos allí arriba. Inmediatamente se traslada hacia la habitación, maldiciendo en su cabeza que tuvo que admitir sabiendo que eso quedará para siempre en su memoria y nunca nadie lo sabrá. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¡Vamonos ya, no tenemos tiempo de explicar las cosas!— Demanda ronco, envolviendo a Sophia con su Bruma negra para curarla... Ella traga saliva cuando lo ve. —Gracias... Gracias por eso... Le dije a Aarón que no era necesario que vinieras.— Explica bajando la mirada incapaz de conectar sus ojos con los tan intensos de él. Thomas sonríe de costado, —Siempre es necesario que yo venga, princesita... Pero eso vos ya lo sabías y lo que querías decirle a tu hermano es que no querías verme.— Le guiña un ojo. Para dejarle en claro que sabe a la perfección cada cosa que ella piensa, opina y dice. Sophia traga saliva bastante incómoda por su comentario y su manera de relacionarse para con ella pero tampoco era algo que le llamara la atención porque toda su eternidad había sido de esa manera el trato que tenían el uno con el otro. —¿Que esta pasando?— Pregunta alarmada. Quiere correr hacia sus brazos y abrazarlo, pero sabe que eso ya no es posible... No desde hace bastante tiempo que su relación cambio... —Te lo explicare todo después, pero tenemos que irnos.— Infla su pecho hablando con autoridad. —¿¡Por que no me lo pueden explicar ahora y por qué estás lleno de sangre y no veo ninguna herida en tu cuerpo!?— Indaga negando con la cabeza. Su labio inferior tiembla y la preocupación se hace cada vez más presente en su mente a medida que los segundos van pasando. —¡No es momento de hacer preguntas, princesita, te la resolveremos todas cuando podamos salir de este maldito Palacio!— Escupe con recelo mirando todo a su alrededor. No era una novedad que todo lo relacionado con la celestial le generaba hasta incluso urticarias, pero estaba así parado de pie ante la rubia sólo y únicamente por ella, y siempre sería si cada cosa que hiciera sería para y por ella aunque nunca lo admitiría y se lo guardaría en lo profundo de su ser y su privacidad. —¿No estás herido?— Suelta el aire contenido en sus pulmones y parpadea volviendo al observar una vez más. —Yo nunca estoy herido.— Le deja en claro arqueando sus cejas. Sophia solo puede centrarse en su rostro serio y en como su respiración es agitada, al mismo tiempo centra sus ojos celestes en las manchas de sangre que recubren prácticamente todo su rostro y cuello. —Pero...— Su boca se le seca y titubea al cuestionar, pero no puede seguir hablando ante la impresionante mirada que el morocho le da para que cierre la boca. Que Sophia se pusiera nerviosa era algo que le molestaba de pies a cabeza, porque la única manera que tenía de calmarla era la manera que no podía usar con ella ya que yo no hacía más que generale impotencia y ansiedad. Thomás acorta la distancia que hay entre ambos y la toma por las mejillas para que le preste atención a sus ojos colorados. —¡Confía en mí, siempre tenés que confiar solamente en mí!— Demanda con voz ronca intentando no oler lo maravillosa que ella huele. —Lo hago.— Responde de manera prácticamente monótona. Él traga saliva asintiendo. —¡Entonces es hora de que nos sigas!— Suelta con un movimiento de cabeza. —¿Donde... Donde esta Luna?— Insiste parpadeando. Ambos masculinos se miran en silencio... Pero nuevamente el morocho es quién toma la delantera mirándola sin tener que decir ni una sola palabra para que ella baje la cabeza y dejé de preguntar lo que no tiene que preguntar. —¡¡Vamonos ya!!— Exclama Thomas con su mandíbula apretada. La mirada que le dedica a la rubia es nada mas y nada menos una orden directa de que no debe hacer mas preguntas y avanzar hacia donde ellos quieren dirigirse. Sin embargo no puede dejar de fijarse en la preocupación que ella alberga en su mirada al conectar los ojos con los de Él... Es claro que sigue intacta la preocupación del uno por el otro, aúnque, ninguno de los dos lo quiera admitir. Y eso no hace más que hacer que el pecho del morocho se infle de orgullo, en cierto modo, al saber que su alma gemela se preocupa, sea poco o sea mucho, por él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD