El hombre que lleva el micrófono, es el maestro de ceremonias que ayuda a mi madre desde hace tiempo, una persona muy amable y graciosa.
El hombre comienza con la subasta.
La primera en pasar es la hija de los Marietti, una hermosa castaña de ojos azules, Laura, ella tiene 21 años, es soltera como la mayoría de las jóvenes, las subastas son en Dólares, y comienzan con 500, y así poco a poco irá subiendo ofrecen 600, 700, 800, hasta llegar a 2000 dólares, me alegra, ojalá todas recaudemos algo así, sería muy buen apoyo, y así van pasando una por una las jóvenes, casi es mi turno, mi hermana sería la ultima en pasar, pero me dice que ella irá primero que yo.
Así que sube, parece que seré la última.
Un hombre ofrece por Mariela 800 dólares, me sorprende, pero me alegra mucho, y así poco a poco sube y sube hasta que logra llegar a 4000 dólares, Mariela es la que más a conseguido, me alegra mucho, ella baja del ecenario, y me dedica unas palabras.
- Muchas felicidades hermana, creo que serás la ganadora.
- Si, creo que no podrías alcanzar ni 2000 pero bueno, tu dices que lo importante es apoyar, mira ire a cenar con un joven muy apuesto.
- Si, que suerte.
Ella se aleja triunfal, y a mi me da gusto, ojalá ese joven le llene el ojo, y ella se enamore, se lo merece.
Subo algo nerviosa al ecenario, y claro el primero en pujar es Jamie, el ofrece 2000 dólares, y yo sonrio, no d***o que nadie me gane sólo el.
Pero se escucha que alguien más oferta, un hombre de traje elegante, cabello obscuro el ofrece 5000 dólares, y eso me deja asombrada, todos en la sala inundan de aplausos por la gran suma que hasta ahora fue la mejor, pero me giró a ver a Jamie, quien parece molesto ahora mismo, y el levanta su papeleta, ofrece 6000 dólares, de inmediato el otro hombre que está en la parte alejada de la sala acompañado de una espectacular pelirroja, ofrece 7000 dólares, yo me quedo atónita, pero mi prometido no se da por vencido, ofrece 10,000 dólares, y yo supongo que ahí terminará la puja, son 10,000 dólares.
Pero no es así, para sorpresa de todos aquí, la puja sigue, y para asombro de todos, el hombre que lleva a una pelirroja a su lado, quien se ve algo molesta, ofrece nada más y nada menos que 100,000 dólares, que es el tope de subasta, ya que una cantidad mayor significaría que el hombre tendría que llenar formularios y es un proceso tardado para papeleo ante Hacienda.
Jamie se ve furioso, su rostro está enrojecido, y no hay más que declarar al hombre con un rostro de seriedad el ganador de la puja.
Me ayudan a bajar del escenario, y al llegar a la mesa donde está mi madre y mi padre, mi hermana y Jamie me ven furiosos, de Jamie lo comprendo pero ella?
- Vaya, tenías muy escondido a ese amigo tuyo Catalina.
Me quedo sería, y algo molesta, pues eso no es verdad.
- No lo conozco, no se quien el, por que dices eso.
Y un Jamie molesto habla.
- Es extraño que no lo conozcas, para haber pagado esa suma por una cena.
Y me deja asombrada, pero mi padre interviene.
- Que Sucede Jamie, que intentas decir.
En ese momento Jamie se da cuenta de su error, y se disculpa conmigo.
- Perdona, yo sólo, es que me tomo por sorpresa, ese hombre de verdad deseaba conseguirte.
- Te juro que yo jamás lo había visto, y cuando lo busco entre la sala no lo veo más, y me pregunto se se ha ido.
- Vaya hermana tu amigo ya no está quizá huyó por que no quiso pagar la suma.
Y me pregunto si eso sucedió.
Voy hacia mi madre que me felicita por que se reunió una gran suma gracias a todas.
- Madre, el hombre que ofreció los 100,000 dólares se fue?
- Si, pero no te preocupes dejo liquidada la suma.
Y me quedo pensando, por que haría eso, no Se quien es, quiza sólo fue para ayudar, eso tendría lógica, el se fue, no pidió mis datos ni nada, así que pienso que sólo fue para apoyar a la causa y eso me relaja.
Voy hacia la mesa y le informó a Jamie que el joven ya se retiró, que no pidió mis datos así que quiza sólo fue para apoyar.
- Bien, si, quiza sólo fue para ayudar, tienes razón Catalina, si ya se retiró entonces eso me tranquiliza.
Jamie besa mi mano, y después mi mejilla, y parece más tranquilo.
Pero no dejó de pensar en ese hombre, parecía tan serio, jamás sonrió en la puja, me pregunto quien era, no conozco a la mitad de los que asistieron, pues muchos son sólo conocidos de mis padres, así que no tengo el placer.
El evento sigue adelante, mi madre da un hermoso discurso agradeciendo a todos los presentes, ella habla sobre el placer de apoyar a los menos afortunados, y sobre qué cómo familia estamos agradecidos con todos y cada uno de los presentes que hacen posible este tipo de eventos.
Se llega el final del evento, y mis padres me indican que es Hora de volver a casa, les digo que ahora los alcanzo, que iré a despedirme de Jaime, me dirijo a buscarlo, y lo encuentro saliendo de los sanitarios, el me ve algo asombrado.
- Qué haces aquí, creí que ya te habías ido Catalina.
- No, yo te estaba buscando para despedirnos.
- No te gustaría ir a mi apartamento.
El se acerca a mi, acaricia mi espalda, y me da un beso, pero a diferencia de lo normal, ahora ese beso esta lleno de d***o, está algo bebido, y comienza a decirme cosas que me incomodan un poco.
- Catalina, te d***o tanto, quiero que váyamos a mi apartamento a estar solos, más cómodos, íntimamente.
Me siento mal, pero sé que quiere decir de fondo con esas palabras, y de verdad aún no estoy lista, me siento apenada, pero de verdad no d***o aún hacer nada íntimo.
- La verdad estoy muy cansada Jamie, ha sido un largo día, creo que es mejor dejarlo para después.
El hace un mal gesto, reprobando mis palabras, y me quedo algo pensativa cuando se aleja de mi.
- Sabes, pronto seremos esposos, deberías dejar de ser tan anticuada, eso ya es muy odioso, ese pensamiento.
Y cuando se aleja de mi me siento muy mal, de lo que él desea, pero yo no estoy lista, siempre he sido cuidadosa, mis amigas la mayoría ya tuvieron su primera vez, pero yo pienso que debe ser algo especial, íntimo e importante, no se debe tomar a la ligera de ninguna manera.
Cuando salgo a buscar el auto, el chofer espera para abrir la puerta, al entrar mis padres me informan que Mariela irá a casa de una amiga, supongo que es la misma que estaba enferma, no le doy más importancia.
Solo pienso en lo que Jaime me dijo, y no puedo evitar sentirme mal por la situación.
Se que pronto seremos esposos, que debería ser más natural con ese tema, pero yo no lo sé, alg en mi corazón me lo impide, quisiera poder sentirme segura, pero es tan agobiante, mi padre me habla y saca de mis pensamientos.
- Que sucede mi dulce solecito, te siento algo lejos de aquí.
-Disculpa, estaba pensando en el evento, me dio mucho gusto que nos fuera tan bien con todo.
Y entonces le pregunto a mi madre por el joven que pago la fuerte suma por una cena conmigo.
-Mamá tu… Supiste quien era el joven que ganó la puja por mi.
- ha, si, era el joven empresario del que hablábamos el otro día, cuál era su nombre? Ah si, Gabriel Rinaldi, el joven hijo heredero de la familia.
Y recuerdo que yo envíe la invitación a su empresa, así que es el, vaya que me asombra que hiciera tan buena donación, creí que sería un rico joven empresario que solo se preocupa por sí mismo, vaya, no debemos juzgar a nadie por lo que se dice de él.
- Bueno , es una buena noticia que no me pidiera mis datos, supongo que solo hizo la compra por apoyar a la causa.
- Si, el se fue, dejó el cheque y salió del lugar, es extraño, cualquiera cobraría su premio, pero si, tienes razón, quizá sólo lo hizo por apoyar, ante mi ese joven es muy caritativo, seguiremos invitándolo a los eventos que realicemos.
Al llegar a casa voy a mi habitación me desvisto y me doy un largo baño, no dejo de pensar y recordar a Jaime, su rostro, tan lleno de tristeza, de desesperanza, me siento mal, pero no debería hacer algo por obligación, mi cabeza siempre termina hecha un lío al pensar en ese tema, lo llamo, para saber cómo está, pero me manda a buzón, quizá ya duerme, dijo que ha estado trabajando con su padre, así que quizá se ha quedado dormido, le envío un mensaje deseándole buenas noches, y me voy a dormir.
A la mañana siguiente es Domingo, día de desayuno familiar, bajo para ayudar a mi padre a preparar las tortitas que nos prepara cada Domingo, es una tradición desde que tengo uso de razón, el siempre se toma este día para pasar tiempo con nosotras, el es tan bien padre, siempre preocupado por nosotras, lo quiero demasiado, mi padre es un hombre muy dulce, el siempre se dio tiempo para llevarnos a el colegio, asistir a eventos, el siempre ha estado al igual que mi madre pendiente de nosotras. Hubo épocas oscuras con Mariela, pero aún así, ella siempre se daban los tiempos de demostrar su amor por nosotras.
Cuando llega la hora de tomar el desayuno, Mariela aún no baja, mi madre me pide que la llame, así que voy a su habitación, pero ella no está, su cama está hecha aún, y me pregunto si llego anoche.
Cuando bajo de nuevo, le informo a mi madre que ella no está en su habitación, mi madre se queda seria y la llama, Mariela contesta la llamada y mi madre la reprende, pues aún que sea mayor siempre debe avisar si no llegará, mamá le informa a papá que Mariela no está en casa, que se quedó con su amiga a dormir pues bebió un poco y tenía algo de sueño.
- Bien, entonces creo que seremos solo nosotros, provecho mis hermosas damas.
Mi padre intenta hacer como si no le molestara, pero sé que no le agrada la idea de que Mariela no llegara a casa, comemos en silencio, pero les cuento sobre un posible viaje que haremos en la universidad, nos llevarán a algunos países por 1 mes, iremos a museos, para ver obras de artistas importantes, y terminaremos haciendo algún trabajo para exponerlo en una galería de arte, cosa que me emociona mucho, mis padres se alegran por mi, y me dicen que ellos me apoyan.
- Sabes que te amamos, y que te apoyamos en todo lo que quieras hacer, viajar y conocer otros lugares son experiencias que no olvidas , y más cuando vas acompañada de amigas, así que me da mucho gusto que te diviertas mi bella nena.
Mi padre se levanta de su aciento y me da un abrazo, él me besa las mejillas, es tan lindo.
Prepararemos tus documentos para que lleves todo en regla.
-Gracias mamá, te agradezco por todo lo que siempre haces por mi.
- No tienes nada que agradecer.
Terminamos de desayunar y vamos rumbo al jardín, cuando vemos que va llegando Mariela, ella se ve desmaquillada, algo desarreglada de sus ropas, mi padre al verla le pregunta si todo está bien.
- Si padre, iré a darme un baño.
Mis padres se miran el uno al otro, y se que esa imagen no les gusto.