Después de que Jonathan fue a la clínica regresé a la cama otro rato, no pude dormir, en especial porque Chelsea toca la puerta cada cinco minutos para ver si estaba aquí, decidí no abrir porque no quería escuchar lo que me tenía que decir y no tenía ánimos de hablar con ella.
Recordé que tengo las tarjetas que Javier me ha dejado y necesitaba algunas cosas.
Me levanté, tomé mi bolso y me detuve cerca de la puerta.
–Chelsea me voy de compras ¿quieres ir conmigo? Yo invito –alce la voz queriendo ser cortés.
Si íbamos a ser familia me gustaría que nos llevaramos bien.
–Estás loca maldita zorra, escúchame lo que… –contestó saliendo de su habitación y antes de que continuará cerré la puerta del Penthouse.
Tengo una idea de lo que quiero hacer y lo pensé antes de que Jonathan no me dejar
