Capítulo seis Las puertas del ascensor se abren y él se separa inesperadamente dejándome toda agitada en mi sitio. Mi cuerpo reacciona quejándose de su lejanía y lo noto sonreír por encima de su hombro. No es justo, él sí puede dejarme así, pero yo no tengo nada con que molestarlo. Las puertas empiezan a cerrarse nuevamente conmigo dentro y su brazo las detiene —¿Vienes? —por su intenso mirar pasa un destello rojo y trago grueso viendo su mano extendida hacia mí. Quero, ¿por qué no te mueves? Estas oportunidades no se presentan dos veces. Deisy, sé que dije que lo que más anhelaba era estar con él, pero tengo miedo... ¿Miedo de qué? Yannick no va a hacerte nada que no quieras, así que apura esas piernas y dale con todo mi amor. Salgo poco a poco de la esquina en la que estoy sintié

